Una semana más, el Boletín Hidrolóxico de Augas de Galicia sitúa al embalse del Pontillón de Castro, en Verducido, al 100% de ocupación total. Tras acumularse en menos de cuatro meses cerca de mil litros por metro cuadrado de lluvia (casi tanto como todo el año 2017) y levantarse hace unos días la prealerta por sequía, la situación persiste en la normalidad.

Pese a las temperaturas altas de estos días, la sucesión de lluvias de las pasadas semanas (con más de 70 días con precipitaciones en lo que va de año) el río Lérez presenta un caudal medio de casi 29 metros cúbicos -en 29.000 litros- por segundo en la estación de medición de Augas de Galicia en Monte Porreiro, lo que supone el doble que hace un año. A mediados de abril de 2017 apenas se llegaba a los 15 metros cúbicos. Además, la altura del nivel de agua a día de hoy ronda los tres metros y medio.

Al igual que el Pontillón, el embalse de Eiras (entre Ponte Caldelas y Fornelos y que abastece a Vigo) también está al 100%, mientras que el del Umia supera con creces el 70%. El de O Con, que sirve para suministrar agua a Vilagarcía, ronda el 89%. En conjunto, los 19 embalses de la cuenca Galicia-Costas se sitúan a día de hoy en el 91% de su capacidad total, muy por encima del 75% de abril de 2017.

Con este índice de ocupación en el embalse de Verducido, el abastecimiento de agua a la población se realiza en su práctica totalidad desde sus reservas, ya que resulta más barato ya que el agua llega a la potabilizadora de Lérez por gravedad y no se utilizan los bombeos.

Habitualmente es en esta época del año, a partir de mayo por regla general, cuando se decide cambiar el sistema y bombear el agua desde el Lérez, con el fin de almacenar el agua del Pontillón para posibles episodios de sequía, a finales de verano, después de los meses de más consumo del año, ya que se abastece a municipios como Poio, Sanxenxo y Marín, donde la población se multiplica por la masiva presencia de turistas.