"La petición para instalar los composteros fue firmada por 44 familias; nosotros somos 350 vecinos" que ayer hicieron oficial su desacuerdo con la ubicación elegida por el gobierno local para instalar el primer compostero comunitario del centro urbano, en el cruce de la calle Eduardo Pondal y Teixoeira. Una representación de los afectados entregó ayer esas firmas en el Concello y vaticinó que el rechazo vecinal aumentará en otros puntos donde se trabaja en la instalación de unidades similares, como la rúa Camiño de Ferro, cerca de la estación, o en Ponte Boleira, muy cerca del paseo de Os Gafos.

Los afectados se quejan de que este tipo de composteros acabará generando molestias a los residentes. "Olerán mal y habrá moscas, es algo sabido. Pasó en Monte Porreiro y pasará aquí", indicó Pilar Bértolo, cuya vivienda da hacia la zona verde donde se ubican los recipientes. Reconoce que hasta el momento no se ha producido ningún problema de olores, "porque van todos los días a remover" la materia orgánica" y "tampoco acude mucha gente a depositar allí la basura", pero advierte de que "dentro de un mes, cuando llegue el calor, no sé si podré abrir las ventanas de mi casa".

"Sin signo político"

Su versión es totalmente contraria a la del gobierno local, que asegura que el compostaje, bien tratado, no causa molestia alguna y en el caso de Eduardo Pondal la afluencia de usuarios triplica a la prevista inicialmente. La concejala Carmen da Silva ya adelantó hace unos días que estaba en marcha esta campaña de recogida de firmas de rechazo, pero la atribuyó al PP. Al respecto, los afectados aseguran que "somos una plataforma sin ningún signo político", aunque sí utilizaron ayer argumentos manejados hace unos días por el portavoz popular, Jacobo Moreira, al denunciar que los composteros comunitarios carecen de autorización de la Xunta.

Pilar Bértolo y su compañero Luis Regueiro recuerdan que estas unidades están muy cerca de un restaurante de comida rápida y un hotel por lo que emplazan al gobierno local a buscar otra ubicación. Señalan que no son ellos los que deben decir un lugar alternativo "porque no somos técnicos ni debemos trasladar el problema a otros vecinos", si bien apuntan que estas instalaciones deben estar retiradas del centro urbano y concentrarse en el extrarradio, "sin molestar a nadie".

Los vecinos que acudieron ayer al Concello dejaron claro que "nosotros no estamos en contra del compostaje porque a mi no me da nadie lecciones de ecología", pero sí de la ubicación elegida y, sobre todo, de las "formas". Subrayan que "solo se ofreció información a un grupo muy pequeño y al resto, fue nula. Nadie nos consultó sobre esas obras ante nuestras casas; pensábamos que era una fuente y nos encontramos con esto", dice Regueiro, quien deja claro que "no deja de ser putrefacción de residuos orgánicos, con olores, insectos e incluso taras".

Por ello, reclaman que los composteros se retiren de su actual emplazamiento y no se instalen los que están en ejecución porque "hay más iniciativas (de rechazo) en la calle para recoger nuevas firmas. El movimiento ciudadano en Eduardo Pondal coincide con el que se registró en Monte Porreiro y que llevó al gobierno local a paralizar por completo el despliegue de más composteros en el barrio.