"Regular, flojita, en un día laborable..." En la bóveda donde se quema el aceite del santo las vecinas de la parroquia que recogen los exvotos resumen así la jornada de ayer, el San Benito de Invierno. A pesar de su nombre en realidad marca el inicio de la primavera y de hecho los romeros que se acercaron hasta el monasterio de Lérez disfrutaron de una

Fue de nuevo una oportunidad para aprender las tradiciones ligadas al "máis milagreiro", a la cabeza las ofrendas. "A pesar de que vino poca gente sigue siendo devota", explican desde la parroquia, "y tenemos una caja llena de botellas de aceite y muchísimos huevos, no son muchos donativos pero se agradecen, teniendo en cuenta como está la economía".

A unos metros se acumulan en el suelo decenas de figuras de cera que reproducen las partes del cuerpo que según los romeros el santo ayudó a curar, una intercesión que se hace constar en el libro de gracias. A su lado, el de las peticiones, donde aparecen los deseos de los romeros, salud la cabeza para toda la familia pero también un empleo, aprobar un exámen...

Las misas se sucedieron cada hora desde las 7 de la mañana, si bien con escasos feligreses ya que de nuevo el San Benito de Invierno volvió a ser una celebración restringida a los vecinos de la comarca. Éstos cumplieron otros ritos como pasar la estampita o el pañuelo por el manto del santo, que presidió la jornada adornado de biletes.

A mayores de participar en los oficios otro grupo de romeros acude para comprar botellitas con el aceite del San Benito, remedio al que la tradición atribuye numerosas propiedades curativas. Uno de ellos se deja ayudar para aplicar el ungüento milagroso. "Rece un padrenuestro con fe", le recomiendan las vecinas, y tras posar para el fotógrafo el feligrés responde con sorna: "Se salo no FARO fixo, fixo que cura".

Con el humor, el encuentro con la familia y los amigos y la gastronomía son otros ingredientes fundamentales para seguir festejando a este santo que es "faro de luz para los pueblos de Europa", recordó el sacerdote en el oficio religioso central, "promotor de la verdadera civilización, la verdad y la paz".

El encuentro se materializó un año más tras la salida de la procesión en las degustaciones de pulpo á feira, carne ao caldeiro y churrasco que tuvieron lugar bajo las carpas situadas en el atrio.

Para brindar, tinto de Barrantes y de postre rosquillas. Como fondo, las vistas desde el monasterio sobre el Lérez y las pequeñas huertas, en un día luminoso para alegrarse de los saludos, de un santo al que le gusta la verdad y la paz y de las despedidas en las que se dice "dame un abrazo, que xa de nenas eramos amigas". También para comprar rosquillas de camino al coche y cumplir otro río de romería que se precie: pagar el leirapark. Milagreiro San Benito.