La suerte se alió con los alumnos y profesores del Isidora Riestra, que ayer amaneció con la certeza de que se evitó una tragedia. A primera hora de la mañana, padres y profesores se encontraban con que el falso techo del aula de 4º de Educación Infantil se había venido abajo.

La clase estaba en perfecto estado, por lo que es evidente que los desperfectos se produjeron en algún momento del fin de semana. Y precisamente el hecho de que no fuese día lectivo condujo a sortear cualquier tipo de daño humano. Los desperfectos, finalmente, se quedaron en materiales. Buena parte del techo del aula quedó destrozado al venirse abajo.

Tras conocer el suceso, el alcalde, Luciano Sobral, y la concejala de Educación, Marga Caldas, se personaron en el centro junto con técnicos del Concello, que apuntalaron el espacio y comenzaron a realizar las primeras pesquisas para elaborar un informe de lo sucedido. También comprobaron la estructura del resto del centro, que no presenta peligros. Ayer, la responsable de Educación municipal todavía no conocía los porqués del derrumbe. "Tenemos que ver qué dicen los informes técnicos", señalaba Caldas.

El espacio era la antigua casa del conserje del centro y hace cinco años se rehabilitó como aula para los alumnos de tres años. Es un espacio anexo al centro y que cuenta con una puerta propia para acceder directamente desde el exterior.

El Concello fue la institución encargada de ejecutar la obra necesaria para transformarla en espacio lectivo con el beneplácito de la Xunta de Galicia, que dio el permiso como responsable que es del centro.

Al colegio también acudieron ayer técnicos de la Consellería de Educación. Según la Unidad Técnica de la Jefatura Territorial, la estructura "cedió a raíz de la presencia de antiguos tabiques dentro de los falsos techos".

"Según nos transmiten los técnicos, cuando se adaptó esta antigua vivienda como aula, se retiraron los tabiques intermedios, pero la empresa dejó la parte superior de los mismos dentro del falso techo", explicó el delegado territorial, César Pérez Ares. "Fue uno de estos tabiques interiores lo que se cayó, arrastrando el falso techo", apuntilló.

En una línea semejante se pronunció una persona integrante de la ANPA con cierto conocimiento en materia de construcción, que destacó que por lo que pudo ver, el ladrillo "estaba colocado ahí sin dintel para sujetar".

Tras el suceso, Concello y Xunta se intercambiaron declaraciones exigiéndose responsabilidades. Por un lado, la Jefatura Territorial recordó que la obra es de carácter municipal, "siendo la obligatoriedad de la Xunta autorizar el cambio de uso, pero siendo labor de los técnicos municipales a redacción del proyecto, el seguimiento de los trabajos y la certificación de los mismos". Por todo ello, la Consellería pidió explicaciones al Concello y le exigirá que sea quien acometa los trabajos de recuperación y "garantice la seguridad".

Por su parte, desde el ejecutivo municipal señalan que es la Xunta "la responsable de garantizar la seguridad de los colegios", por lo que entienden que debe ser la administración autonómica la que se haga cargo. Asimismo, Marga Caldas recordó que el Concello "hace trabajos con el beneplácito de la Xunta" y además adquiere competencias que no son su responsabilidad porque son necesidades primarias a las que la Consellería "no responde".