La Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaba de reconocer a un militar pontevedrés la condición que le negaba hasta ahora la administración y, concretamente, el Ministerio de Defensa. Este capitán del Ejército de Tierra participó en la misión internacional en Kosovo entre 15 de mayo de y el 29 de septiembre de 2000 (el mismo periodo en el que estuvo desplegada la Brilat en este territorio). Cuando se fue sus análisis eran totalmente normales, pero al regresar se detectaron anomalías que acabaron por diagnosticar la presencia del virus de la hepatitis C y que derivó en una cirrosis hepática que concluyó en el transplante de hígado de este militar en 2014.

Esta patología provocó la consiguiente declaración de insuficiencia de condiciones psicofísicas de esta persona, aunque señalaba Defensa que por razones "ajenas a acto de servicio". Sin embargo, este militar sostenía que la enfermedad derivó directamente de su participación en la misión de paz con las Fuerzas Armadas españolas en Kosovo, por lo que solicitaba que dicha cuestión se tuviera en cuenta, algo a lo que se negaba Defensa.

El militar sostenía que contrajo el virus en Kosovo y señalaba que estando el campamento en una serrería, las labores peluquería eran realizadas por una persona de la zona que empleaba una navaja que era reutilizada sin guardar "las mínimas exigencias de esterilización y desinfección". El tribunal destaca un informe pericial que ve muy probable esta vía como método del contagio y critica a la administración a que se sitúe en posición de pasividad ante la lógica dificultad del recurrente para probar que el contagio se produjo allí, por lo que estima su recurso y concluye que su enfermedad está directamente relacionada con el acto de servicio que prestó.