Un gran nacimiento recibe desde hace años a los pacientes que visitan el Hospital Provincial. Se trata en realidad de la iniciativa de una enfermera, Ángeles Gutiérrez, que un día quiso rendir homenaje a los pacientes con esta instalación navideña.

- ¿Cómo surgió la idea de montar un belén en el Hospital Provincial?

-Lo empezamos en 1995, yo estaba en el servicio de Urología, y me dejaban dinero porque teníamos pocas figuritas y adornos, pero como el dinero nos lo llevaban un paciente al que le encantaban los belenes, que su hija siempre lo hacía y que estaba muy malito me dijo: mira, como te llevan el dinero dime qué quieres que así dejó una representación mía ahí en el belén. Yo le respondí que lo pondría todos los años, y así surgió, como una promesa a un paciente.

- El nacimiento ha ido creciendo

-Si, a lo largo de los años, se compone de figuras de pacientes que ya no están; me han robado muchas.

- ¿Cómo representa a los pacientes?

-Ellos suelen decirme quiero que me pongas en el belén y luego todos los años voy a venir a verme. Y lo que hacen es buscar figuritas con afinidades a ellos, lo que les hubiese gustado hacer, lo que son, en lo que trabajan, y así por ejemplo tengo en el nacimiento un herrero. O una señora de A Estrada que vive en México y venía a veranear a Pontevedra se puso muy malita y se quedó aquí, a ella le encantaba cultivar la finca y los tomates y lo que hizo fue regalarme la figurita de una señora con unos tomates.

- Y tuvo tanto éxito que pronto la planta se quedó pequeña

-Si, fue así, eso lo vio el gerente anterior y nos dio permiso para ponerlo en la entrada porque era muy grande y no nos cabía. Fue un acierto porque la verdad es que viene mucha gente a verlo y gusta mucho; el problema es que yo no contaba con que me robasen, no lo esperaba, fue la desilusión más grande que me he llevado, porque ya le habían hecho un reportaje explicando el significado que tenía, a un periodista le había muerto el padre y había traído una figura y difundió qué representaba el belén, pues ni aún explicándolo logramos que parasen los robos y me desapareció mucho. El año pasado fue el único en el que no me han robado nada, tuve una suerte impresionante.

- ¿Es verdad que usted pide vacaciones en estas fechas para emplearlas en montar el belén?

-Si, es así, al igual que mi marido, que trabaja en Montecelo y también pide ahora las vacaciones, los dos pedimos vacaciones para montar el belén del Hospital, porque es él el que me ayuda a montar todo el nacimiento, que es muy grande, de 4 metros por 3. Él me monta las luces, me ayuda mucho porque sola no podría. Lo que hago, como la gente me pregunta mucho y me obliga a parar, no puedo trabajar tranquila porque todo el mundo me dice cosas, así que lo que hago es montarlo de noche y así terminé todas las montañas. Ahora voy a montarlo y después pondré todos los detalles.

- ¿Qué escenas incluye el nacimiento?

-Procuro todos los años poner algo nuevo, además cada año siempre tengo que incorporar las cosas que me van trayendo. Yo me baso en lo que tengo, solamente el segundo plano es mío porque no tenía figuritas pequeñas y para que tuviese más prestancia, pero es que, claro, a pesar de que me robaron mucho el belén ha crecido muchísimo, es muy grande. Tiene una cascada y este año hicimos Nazaret, la huida a Egipto, que incluye una esfinge, además de la escena del nacimiento claro, los Reyes Magos, un río? Lo que sucede es que el miedo a que me lo puedan llevar es un trastorno que no se puede imaginar, porque tengo que subir cuatro pisos sin ascensor a mi casa y bajar todas las cajas para el Hospital. También ese año tengo un molino, que funciona con el motor que le quité a un microondas viejo y a los niños les hace gracia, es la novedad de este año con la esfinge y la pirámide.

- ¿Cuál fue el principal reto que afrontó este año en el montaje?

-Lo peor fue montar la estructura, porque como cambié todo, todas montañas para montar Nazaret, y además tengo también la Anunciación, el Belén creció y cambió, y la estructura fue todo un reto. En general todos los años procuro cambiar, mi ilusión es llegar a construir el pueblo histórico de Belén, reproducir las casas y así, pero lo cierto es que no tengo tiempo, porque sería un gran trabajo. Así que como ya tenemos hecha la estructura de las montañas tal y como yo quería, porque más espacio ya no tengo, basándome en eso el próximo año haremos el pueblo casi todo nuevo, con calles, arcos, con casas, que luzca más.

- ¿Qué le dicen los pacientes cuando les cuenta su iniciativa?

-Me ayudan mucho, son los que traen las figuras, yo ahora trabajo en la unidad de Cuidados Paliativos y ahí hay personas que ya me conocen, porque yo llevo 40 años en el Hospital, entonces muchos me conocen y siempre me preguntan, me dicen "¿este año también vas a montar el belén?" Y yo les respondo que si, que lo haré hasta que pueda y cuando no pueda veré a quién puedo dejarlo, creo que será mi hija, que me dice "no te preocupes mamá, que lo haré yo", y será ella la que retomará lo del nacimiento porque, claro, es una custodia mía, no tiene nada que ver con el centro.