Tal y como reconocieron los expertos de la Guardia Civil, la información aportada por las compañías de telefonía permite ubicar la supuesta situación del terminal dentro de unas zonas amplias a las que da cobertura determinado repetidor o antena, pero no a localizaciones concretas.

Así, el fiscal volvió a resaltar la misma cuestión que sacó a colación en la jornada inicial del juicio, y es que el acusado tendría en su mano demostrar que dice la verdad sobre el recorrido que hizo aquella madrugada desbloqueando su teléfono móvil parapoder conocer la posición del terminal a través de los datos de posicionamiento GPS con total precisión. Bastaría con eso o con proporcionar la cuenta de correo electrónico y la clave de acceso al mismo que requiere el sistema operativo Android de los nuevos "smartphones". Una circunstancia que incluso reconoció el perito aportado por la defensa, quien explicó que ciertamente de esta forma se podría precisar la ubicación de un teléfono móvil aquella madrugada con una precisión de "apenas un par de metros" de margen de error. El fiscal explicó en la primera sesión del juicio que el acusado nunca quiso aportar estos datos.