El notable retraso del gobierno local en convocar un concurso para adjudicar el Servizo de Axuda no Fogar (SAF) -convocatoria aún pendiente pero ya aprobada- y la negativa de la actual concesionaria, Clece, a prorrogar el contrato que finaliza hoy han estado a punta de dejar a 160 usuarios, dependientes y de la tercera edad que viven solos, sin una atención básica en su día a día. El Concello se ha visto obligado a contratar por la vía de urgencia a una compañía alternativa, Galáurea, para asumir una plantilla de unas 80 trabajadoras y mantener el servicio de aseo personal, limpieza del domicilio, preparación de la comida y otras labores que necesitan estos usuarios.

Este contrato urgente es por tan solo 1.235 horas de atención -algo menos de una semana- tiempo en el que se firmará un contrato puente a más largo plazo con la empresa elegida (esta u otra) hasta que se adjudique el concurso. Esta segunda vía, también provisional, se prolongará varios meses.

Esta sucesión de improvisaciones y parches tiene su origen hace más de nueve meses, cuando Clece anunció por vez primera que no continuará con el SAF al finalizar en abril pasado el contrato actual. Pese a esta advertencia, el gobierno local no fue capaz de convocar un nuevo concurso y, pese a las reticencias de la adjudicataria, se le prorrogó el servicio hasta hoy, fecha que Clece puso definitivamente como límite salvo que se le elevaran sus ingresos en unos 200.000 euros al año, según apuntó ayer el concejal Raimundo González Carballo. En esos seis meses de ampliación el Concello tampoco logró resolver el problema y en esta última semana se tuvo que acudir a la vía de emergencia para no dejar abandonados a los afectados.

González Carballo aseguró ayer que "el SAF está absolutamente garantizado y mañana (por hoy) las mismas trabajadoras seguirán prestando el servicio", si bien bajo el amparo de Galáurea, empresa que ofrece la misma actividad en Lalín y en Pontevedra se encarga de la teleasistencia.

Según las explicaciones del concejal, la última etapa de esta controversia comenzó hace una semana, el miércoles 11, en una reunión municipal con Clece donde se le propuso continuar unos meses más en las mismas condiciones. La empresa reiteró los argumentos de negativas anteriores, sobre "problemas económicos del servicio". De hecho, pidió 2,2 euros más por hora prestada, contraoferta que rechazó el Concello. Pese a la premura del caso, hasta el lunes 16 -días antes de la finalización del contrato- no hubo otro intento de prorrogar la asistencia, de nuevo fracasada.

Carta a la plantilla

Al día siguiente, el pasado martes, Clece envió una carta a las trabajadoras que acuden a los domicilios de los usuarios en el que anuncia que "el próximo miércoles 18 -ayer- finaliza su relación laboral con Clece debido a la conclusión de la prestación del contrato. Por ello, usted pasará a estar adscrita a la nueva empresa adjudicataria" si bien aún no se sabe cual será por lo que el caso quedaba en manos del Concello.

El aviso llegó a manos municipales ayer miércoles, si bien ya se habían mantenido reuniones con la plantilla, que "decidió seguir prestando el servicio" mientras se encontraba a otra compañía que asumiera temporalmente la actividad.

Con respecto al retraso del nuevo concurso, que no se aprobó hasta la pasada semana, González Carballo aludió a diversos aumentos de horas de prestación al año (30.000 primero y 10.000 más después) por parte de la Xunta que obligaron a reajustar en varias ocasiones las condiciones del proceso.