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Las consecuencias de uno de los veranos más secos de la última década

Los concellos garantizan el suministro de agua pese a 9 meses de déficit de lluvias continuados

El río Verdugo pasa a estado de alerta y el Lérez se mantiene en prealerta -Los alcaldes reconocen que de seguir la sequía unas semanas más comenzarán los problemas -El consumo en los municipios turísticos se rebaja

El río Gafos seco a su paso por el Ponte da Condesa, en Tomeza. // Gustavo Santos

La sequía hidrológica, que se ha ido agravando a lo largo del verano provocando problemas en algunos concellos de la comarca, todavía no ha afectado al suministro de la población. Así lo aseguran los alcaldes de varios municipios, que, eso sí, advierten de que, de prolongarse la falta de precipitaciones habrá que comenzar a tomar medidas para evitar los cortes de agua en pleno otoño y tras nueve meses de déficit de lluvias. En los ayuntamientos cuya población aumenta durante el verano, la situación de riesgo se ha estabilizado al terminar la temporada alta.

La Oficina Técnica da Seca (OTS) propuso ayer decretar la situación de alerta por sequía en seis zonas de la demarcación hidrográfica de Galicia-Costa. Son las que afectan a ríos como el Verdugo, del que se abastecen concellos como Ponte Caldelas. Además, los técnicos proponen realizar un especial seguimiento al río Lérez, que continuará en prealerta.

La decisión se ha tomado después de que Augas de Galicia advirtiese de que los principales ríos llevan un caudal inferior al 50 por ciento a lo que sería habitual en esta época del año.

Según Augas de Galicia, solo tres ayuntamientos gallegos trasladaron incidencias al organismo desde mayo. Uno de ellos fue el de Portas, que recibió agua de otros concellos vecinos.

"La situación se ha normalizado", asegura el regidor de este municipio, Víctor Estévez, que informa de que se está llevando un control muy riguroso del nivel del río. "Si el río baja más de medio metro es cuando nos tenemos que preocupar", señala.

Fue precisamente la disminución de este caudal la que llevó a Portas a pedir ayuda a concellos vecinos como Vilagarcia o Caldas, de los que recibió cerca de 6.000 metros cúbicos el pasado mes de agosto. Se debió a un problema técnico porque el bajo nivel del agua impedía el correcto funcionamiento de las bombas que permiten el abastecimiento poblacional.

"Afortunadamente, desde entonces solo bajó el caudal 5 centímetros", subraya el alcalde.

Y es que tantos meses de mínimas precipitaciones están pasando factura. "Este año hasta los pozos particulares de los vecinos que nunca habían secado lo están haciendo", se lamenta.

En cualquier caso, y apelando al "sentido común" de la población "porque hay que ser solidarios", Víctor Estévez asegura que por ahora no hay problema de suministro a los vecinos.

El Concello de Barro fue otro de los que tuvieron que pedir ayuda en agosto, en este caso al de Pontevedra, para poder garantizar el suministro. Actualmente se encuentran en un punto estable. "La situación no fue a peor, pero a mejor tampoco", afirma el alcalde de Barro, Xosé Manuel Fernández Abraldes.

Para que sus reservas no bajasen, este municipio recibió durante seis días 125 metros cúbicos en un camión cisterna desde Pontevedra. Además, se instalaron contadores para contabilizar el consumo en una veintena de viviendas unifamiliares que todavía no contaban con este sistema de control. "La previsión es que en 2018 todas las casas lo tengan", anuncia Abraldes.

"Hay preocupación en el municipio, pero no alarma. Aquí siempre se ha dado una situación similar en verano y al ser manantial no se puede controlar como un embalse", indica. "Estamos trabajando en nuevas formas de captación de agua para que otros años no vuelva a pasar".

Por el momento, continúan con los cortes de agua de madrugada, entre la una y las siete, una franja horaria que el gobierno local considera que afecta lo menos posible a la población.

En Vilaboa, la parroquia más afectada ha sido la de San Adrián de Cobres, donde las restricciones por vivienda han limitado a unos 300 litros al día el consumo de agua, que puede ser más o menos suficiente dependiendo de la cantidad de miembros de la familia. En Santa Cristina fue similar.

"Si no llueve en los próximos 15 día va a haber problemas, y eso que la gente está concienciada y muchos de ellos tienen pozos propios", apunta José Luis Poceiro, el alcalde.

También hay tranquilidad, a día de hoy, en Ponte Caldelas. "El río va bajo, con el consiguiente perjuicio para la fauna, pero el suministro está garantizado", informa Andrés Díaz, regidor del concello, que añade que, "por el momento, no tenemos dificultades".

"La gente esta concienciada con realizar un consumo moderado y los que pueden estar más preocupados son los ganaderos y agricultores", manifiesta.

Fin de la temporada alta

Los concellos que durante el verano reciben mayor afluencia de turistas, lo que implica, también, un incremento en el consumo de agua, han notado un descenso de este con el fin de la temporada alta.

"El consumo en el verano se llega a triplicar. Ahora los hoteles ya están en una ocupación mínima", asegura el alcalde de Poio, Luciano Sobral, que expresa su preocupación por la falta de precipitaciones.

El regidor nacionalista apunta que "el mes de octubre va por el mismo camino". "Por ahora no tenemos problemas de abastecimiento, pero la situación es preocupante de seguir así. Hay manantiales que nunca habían secado que ya lo han hecho. Espero que podamos aguantar", desea.

"Poio depende en gran medida del río Lérez, así que si este falla, mal vamos", alerta.

Por su parte, la alcaldesa de Marín, María Ramallo, reconoce que se está llevando a cabo un "control diario" del nivel de los depósitos de este municipio.

"Hace unas semanas tuvimos un problema con uno de ellos, pero por ahora el caudal no corre peligro, así que no habrá que recurrir a cortes de agua", asevera.

Los meses más duros en este concello, turístico por excelencia durante el verano, son los de agosto y septiembre, según la regidora popular, que reconoce que tienen una gran dependencia del agua de Pontevedra y del Lérez.

También se ha recuperado una situación estable en Caldas de Reis, donde el consumo en los meses de julio y agosto se dispara. "El río va más bajo, pero todavía no hay que tomar medidas de restricción, siempre y cuando se haga un uso racional", advierte su alcalde, Juan Manuel Rey.

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