El plan de emergencia para salvar el Carballo de Santa Margarida, en Mourente, sigue adelante. Después de los trabajos urgentes realizados el pasado mes de agosto, como podas y otras labores, durante la jornada de ayer se procedió a agujerear el asfalto que rodea el emblemático árbol para oxigenar un ejemplar que presenta problemas de conservación que se hicieron patentes el pasado 31 de julio, cuando se desplomó una gran rama de unos 200 kilos de peso.

Las labores efectuadas ayer, al igual que las de días anteriores, forman parte del plan de urgencia autorizado por la Consellería de Medio Ambiente, siguiendo la evaluación del estado del carballo que hizo la Estación Fitopatolóxica do Areeiro.

A finales de agosto, Concello y Diputación comenzaron los trabajos, con tareas de poda. Además de la poda de saneamiento los técnicos de Areeiro recomendaron colocar sujeciones en las ramas principales que más carga soportan, principalmente la de grandes dimensiones que sobrevuela la carretera anexa y que ya presenta una grieta en toda su longitud.

En aquel informe se aconsejaba oxigenar las raíces del árbol sobre las que se ha asfaltado, ya que actualmente están muy compactadas con este material y podrían resultar muy dañas en caso de una operación errónea. Esa oxigenación es la que se llevó a cabo en la jornada de ayer.

El informe también recomienda que el árbol sea tratado con insecticidas biológicos, uno que ya recibió en el pasado año y otro con el fin de delimitar el desarrollo de hongos patógenos del suelo.

Los técnicos consideraban entonces que existe un peligro inmediato para la integridad del carballo y también para la seguridad de las personas ante el riesgo de que pueda producirse una nueva caída de la rama.

Con todo, los técnicos consideran que aunque el carballo es un árbol de salud delicada, "su situación no ha ido a peor en los últimos 30 años", como prueban las evaluaciones que los expertos de Areeiro realizaron este mismo mes y las llevadas a cabo entre los años 1987 y 1990.

Tras este plan de conservación el Concello espera definir con Xunta y Arzobispado una estrategia de largo recorrido para mantener el árbol.

La atención al Carballo de Santa Margarida es una demanda constante de los vecinos, que se agudizó tras la caída de una rama del 31 de julio. Pocos días después se celebró la fiesta dedicada a esta santa, jornada que los vecinos aprovecharon para realizar una concentración en defensa del roble, incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de Galicia.

Exigen a las administraciones públicas un plan de protección para el emblemático roble. Ya entonces recordaron que el Concello presentó en su día un plan de medidas mínimas para la conservación del carballo, que contemplaba la retirada del asfalto a su alrededor, "que le está pudriendo las raíces", junto a la instalación de un puntal que sustente la rama más grande y que evite que caiga sobre la carretera y que derribe el árbol. Los trabajos realizados ayer inciden precisamente en ese apartado específico.