Pontevedra amaneció ayer con sus calles mojadas tras caer una fina lluvia de madrugada de la que apenas quedaba huella unas horas después. De hecho, el sol lució buena parte de la jornada e hizo calor. Habrá que esperar, por lo tanto por la anhelada lluvia. La de ayer fue un espejismo que apenas dejó huella en los pluviómetros de las estaciones de MeteoGalicia que marcaban cero litros por metro cuadrado de lluvia en Campolongo y Lourizán.

Según los datos de los pluviómetros de la estación meteorológica de Campolongo, Pontevedra acumula ya 22 días sin que caiga apenas una gota de agua. El último día con lluvia fue el 4 de agosto y para recoger apenas 5,5 litros por metro cuadrado, es decir, una cantidad de lluvia bastante moderada.

Para hallar el último chaparrón significativo hay que remontarse a dos meses más atrás, al 28 de julio cuando cayeron 15,4 litros por metro cuadrado en la ciudad. Las últimas lluvias intensas se remontan al pasado 26 de mayo con 30 litros. Es decir, casi cien días en los que llovió en apenas catorce ocasiones y lo hizo de forma bastante débil.

Estos días son muchos los que aseguran no recordar ver los pozos y los manantiales con sus reservas tan mermadas, no obstante, parece que hubo algún año que incluso fue peor. En 1981, según los datos de MeteoGalicia, no llovió ningún día en Pontevedra en los meses de julio y agosto y FARO se hacía eco en noviembre de una situación de sequía que duraba ya veinte meses.