Poco más de un centenar de vecinos de las parroquias de Pontevedra se manifestaron ayer en contra de los badenes reductores de velocidad, los populares "lombos", que se instalan en numerosas carreteras rurales. La movilización logró la mitad de la asistencia de la primera marcha, el pasado 1 de julio, cuando la plataforma O Rural Existe sacó a las calles de la ciudad a unas doscientas personas.

"Libertad"

Tras un recorrido entre la Praza da Peregrina y la Praza de España, ante el Concello de Pontevedra tomó la palabra en representación de los asistentes Pastor Torres, quien reclamó "libertad" para los conductores del rural, que tienen que enfrentarse cada día a esos "barreras o muros" que son los reductores de velocidad.

"Es un insulto a la gente del rural, que parece que no sabemos interpretar las señales, porque si a nosotros nos ponen señales puede haber alguien que se la salte, pero eso es libertad, y nosotros estamos a favor de la libertad".

Este portavoz vecinal calificó los reductores de velocidad de "medida tercermundista" que "nos castiga; castiga nuestras economías, nuestros coches, nuestros tiempos", dijo Torres.

Prioridades

Los opositores a los "lombos" recuerdan en cada movilización que el rural "tiene otras prioridades", entre las que señalan el saneamiento, asfaltados o desbroces. Entienden que la inversión en "lombos" es "un despropósito, un despilfarro, que tenemos que sufrirlos y además pagarlos", según señaló el portavoz de los asistentes.

Este portavoz vecinal indicó que Tomeza, Salcedo, Xeve y Verducido fueron las parroquias más representadas en la protesta, si bien la plataforma seguirá trabajando para "concienciar a todo el rural".

La marcha de ayer contó con representantes de los grupos políticos de PP y de Ciudadanos. Los asistentes corearon consignas como "Lores, escoita, o rural está en loita", o "Lores, Mosquera, mentirosos". Los participantes portaron carteles con lemas como "Benvidos a lombolandia" o "Despacito".