El Concello de Barro insiste en que "no considera una buena opción la propuesta de enlace con la PO-531 que propone la alternativa" ahora elegida. Señala que los falsos túneles no evitan "la afección al conjunto y entorno de la iglesia de Curro y se sigue produciendo división física de la distribución poblacional en la parroquia de Curro". Además, alerta de que "las excavaciones necesarias para ejecutar la autovía con la nueva rasante tienen un fuerte impacto sobre acuíferos que suministran agua a núcleos cercanos".

Por ello, insiste en que "la mejor alternativa para enlazar la A-57 al macronudo de Curro es la C-5 y solicita la liberación de peaje del tramo de la autopista AP-9 entre Barro y Pontevedra". Todas estas demandas se plasmarán en las alegaciones que formulará en los próximos días.

Paralelamente, durante las negociaciones con Carreteras del Estado sobre este asunto, el alcalde Fernández Abraldes aprovechó para reclamar mejoras en la N-550 a su paso por el municipio y ha sido informado de la pretensión de ejecutar una glorieta en el nudo donde se ubica la carretera de acceso al Pontillón.

Verducido

Otro punto donde ha surgido malestar vecinal contra el trazado es en Verducido. En concreto, el ministerio explica que "se ha constatado un cierto rechazo social hacia el trazado propuesto a la altura de la parroquia de Verducido, así como a la ubicación recomendada para una estación de servicio en el tramo, argumentando que se producen afecciones sobre las zonas habitadas de la parroquia y considerando que no se ha realizado el preceptivo análisis de alternativa". Asimismo, "los vecinos y varias asociaciones y comunidades de montes consideran que se producirán afecciones sobre los manantiales y conducciones de suministro de aguas de abastecimiento vecinal".

Con respecto a la polémica estación de servicio, Medio Ambiente aconseja que se limite a un solo lado de la A-57 y "siempre lo más alejada posible de las viviendas".