El municipio de Pontevedra recibió el pasado año a un total de 3.012 personas, emigrantes o de otro tipo, que fijaron su residencia en la ciudad. Por contra, otros 2.709 vecinos optaron por abandonar las orillas del Lérez y empadronarse en otro lugar. Es una diferencia, a favor de las altas, de 303 personas, lo que se une al ligero crecimiento vegetativo (más nacimientos que fallecimientos) que también experimentó Pontevedra el pasado año, según los diferentes datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Este organismo hizo ayer público el balance de 2016 de las denominadas variaciones residenciales, es decir, las altas y bajas en el padrón de residentes en el municipio. En cuanto a aquellos que optaron por abandonar Pontevedra (2.709), la inmensa mayoría optó por trasladarse a otros puntos de España. Fueron en concreto 2.491 personas, el 92% del total. Pero otros 218 residentes prefirieron labrarse un futuro más allá de las fronteras nacionales, en países de cuatro continentes. El destino mayoritario de todos ellos (95 personas) fue el continente europeo, en especial el Reino Unido, con 31 viajes. Este país, junto con México (23), Alemania (18), Suiza (13), Brasil (11) y Francia (10) se presentan como los principales destinos que aquellos que emigraron el pasado año desde la ciudad.

Además de los 72 pontevedreses que fijaron su residencia en ciudades británicas, alemanas, suizas o francesas, otros 23 optaron también por el continente europeo, con los siguientes destinos: Portugal (7), Italia (6), Países Bajos (3) y Austria, Finlandia, Hungría, Irlanda, Eslovaquia, Rumanía y Andorra, con un caso cada uno.

América fue el lugar de llegada de otros 87 pontevedreses. Tras los 23 de México y los 11 de Brasil, destacan los 9 a Colombia o Perú y los ocho a Estados Unidos. La lista se completa con Argentina (6), Venezuela (5), Uruguay (4), Paraguay (3), República Dominicana (3), Canadá (2) y Panamá (1).

Asia se convirtió en el destino de diez pontevedreses más, tres de ellos a China, dos a India y uno a Japón, más otros cuatro de "destino desconocido" para el INE. Por su parte, hasta Australia, en Oceanía, llegaron dos antiguos residentes en la ciudad, mientras que a África se trasladaron otros cuatro: dos a Cabo Verde, una a Ghana y otro a Guinea Ecuatorial.

En cuanto a las altas (303 más que las bajas), el lugar de procedencia más habitual vuelve a ser España, con 2.548 nacionales que se asentaron en Pontevedra el pasado año. Supone el 85% de todos los que llegaron a orillas del Lérez en 2016, frente a 536 procedentes de otros países.

En este último caso Brasil (29) y Venezuela (26) fueron los puntos de salida con más viajeros. Desde Europa llegaron 36 personas: diez de Suiza, nueve de Reino Unido, cinco de Alemania, cuatro de Italia, tres de Francia, tres de Portugal, una de Países Bajos y otro de Andorra.

Desde América hubo 89 altas. Además de los 55 casos de Brasil y Venezuela, destacan los once de Estados Unidos y la lista se completa con México (5), Cuna (5), Ecuador (3), Argentina (2), Uruguay (2), Perú (2), Colombia, Chile, Panamá y Paraguay, con uno en cada caso. Desde Asia hay constancia de seis "regresos" pero el INE solo detalla tres procedentes de Indonesia, mientras que no figura ninguno desde Oceanía.

En un reparto por sexos existe una notable igualdad entre hombres y mujeres tanto en las altas como en las bajas. En el primer caso llegaron a Pontevedra 1.517 varones y 1.495 mujeres, mientras que en el segundo, abandonaron la ciudad 1.359 hombres y 1.350 féminas.

También es muy variado el análisis de las edades, pero resulta llamativo que se empadronaron en Pontevedra 368 menores de diez años, mientras que se marcharon 320 niños entre 0 y 9 años. Entre los mayores, 56 de los que abandonaron la orilla del Lérez tenían más de 85 años y 66 de esa edad se asentaron en el municipio.

Natalidad

Esta diferencia positiva a favor de las altas podría permitir a Pontevedra elevar ligeramente su población en el próximo censo oficial y compensar en parte la caída de la natalidad local. En la comarca de Pontevedra apenas nacen siete niños por cada mil habitantes, lo que supone un descenso en la natalidad de algo más de un 18% en la última década y sitúa este fenómeno demográfico en sus niveles más bajos. Con una población que supera los 187.000 habitantes, el último balance por años del Instituto Galego de Estatística revela que apenas se registraron en los 14 municipios de la comarca pontevedresa 1.397 partos, trescientos menos que en 2006, cuando había más de 9 nacimientos por cada mil habitantes.

El descenso es general en todos los concellos y solo Barro presenta ahora más nacimientos que diez años atrás. En todos los demás la caída es la tónica dominante, aunque especialmente grave en territorios como Campo Lameiro, con un descenso del 56%, A Lama, donde cayó desde 2006 este fenómeno un 36%, o Ponte Caldelas, con una pérdida del 35%. En este apartado resulta llamativo también el caso de Marín, donde hay ahora un 32% menos de partos que hace una década.