Ocho meses después de la concesión, a principios de octubre, de 10 millones de euros de fondos europeos a Pontevedra (y cinco a Marín) para acometer proyectos de desarrollo urbano y sostenibilidad (DUSI), el Concello no ha recibido todavía un euro de esas ayudas y desconoce cómo se deben emplear y tramitar y ni siquiera el Gobierno central ha establecido la red informática para las comunicaciones oficiales. Ante este retraso, que podría prolongarse incluso hasta finales de este año, el gobierno local ha decidido reelaborar toda su programación inversora de 2017 y ha optado por iniciar con fondos propios, en solitario y sin ayudas externas, buena parte de las actuaciones incorporadas a este plan DUSI.

Así lo comunicó ayer la concejala Carmen da Silva, coordinadora municipal del programa, que advierte de la decisión del Concello responde al "temor de que no se ejecute este año nada" de la amplia candidatura pontevedresa, que alcanza una inversión hasta 2020 de unos 12,5 millones de euros, ya que el Concello debe añadir una aportación propia a los 10 millones europeos.

El Concello ha seleccionado once proyectos que considera "prioritarios" y que suman cerca de cinco millones, casi la mitad de todo el plan. La intención es comenzar su ejecución con presupuestos propios, sin aguardar a que se resuelvan las dudas actuales del DUSI "y cuando el plan europeo se ponga en marcha, incorporarlos a las iniciativas elegibles, ya que son inversiones plurianuales que pueden financiarse también en 2018 y ejercicios sucesivos".

"Obra estrella" del mandato

La peatonalización del puente de O Burgo y la reforma de todo su entorno es el proyecto más destacado de todos los seleccionados para poner en marcha el programa. En este caso se tata de un proyecto que supera los dos millones de euros y constituye la "obra estrella" no solo de los DUSI sino de todo el mandato. Pero no es la única actuación que se iniciará este año-

También se incluye la eficiencia energética del pabellón multiusos de A Xunqueira, la urbanización del barrio de O Gorgullón, el parque forestal de A Fracha, el campo de fútbol de Campañó y una pista de billarda en Salcedo, el núcleo de centralidad parroquial de Tomeza, los primeros trabajos para implantar el transporte bajo demanda, un plan de igualdad y un laboratorio de la infancia y el plan de dinamización de la plaza de abastos.

En la mayor parte de los casos, los proyectos técnicos ya están elaborados y su licitación solo aguardaba a que se confirmara el modo de gestión de los fondos DUSI. Al no llegar, tras ocho meses de espera, se opta por asumirlos con fondos propios y compensar esas inversiones a partir de 2018, cuando se calcula que ya estará definida la llegada de las ayudas europeas. Se da por hecho, además, que estos once proyectos sí contarán con la autorización final, al cumplir los criterios previos de concesión, pero Da Silva garantiza que "de no ser autorizados, continuarían con fondos propios".

Estas actuaciones prioritarias suman cerca de cinco millones de euros, casi la mitad de todas las ayudas, si bien el gobierno local señala que dispone de planes alternativos para emplear los diez millones concedidos. De hecho, la candidatura que presentó Pontevedra en 2015 para este plan (cuya vigencia ya llegaba con retraso, al ser de 2014 a 2020) incluía actuaciones de más de 18 millones de euros.

La concejala lamentó ayer la "falta de diligencia" del Gobierno central, en concreto el Ministerio de Hacienda, en la tramitación de estos fondos, en parte debido a que meses después de la concesión a Pontevedra se abrió una segunda convocatoria para municipios excluidos en la primera, y todo apunta a que se quieren tramitar a la vez todos los planes.

Preocupación municipal

La preocupación comienza a cundir en el seno del gobierno local a causa de un retraso que podría dejar buena parte de los fondos sin ejecutar, ya que el programa finaliza en 2020, con el añadido de que si el Estado español incumple las previsiones, los municipios beneficiados serían responsables solidarios "pese a que tenemos hechos los deberes", añade Da Silva.

El asunto fue debatido en la comisión de Urbanismo de ayer, una sesión en la que también se analizaron dos propuestas de la oposición sobre la recuperación del Castro das Croas, en Salcedo, y del cruceiro de San Mauro. En el primer caso, el PP solicitaba una nueva fase de actuación, mientras que en el segundo, Ciudadanos reclama su reposición, si bien el gobierno local aclara que esa decisión corresponde al Arzobispado al ser de su propiedad. "Desde el Concello se le ofreció colaboración" para evitar agresiones del tráfico al monumento, según la concejala.