Borja Antón tiene 29 años y estudió Ingeniería Técnica Industrial por la rama de Química. Terminó la carrera en el año 2015, pero, aunque ha buscado trabajo intensamente, no ha logrado encontrar empleo relacionado con su formación. Esto le ha animado a preparar las oposiciones para la Guardia Civil. "No hay becas y para las prácticas buscan recién titulados con tres años de experiencia. He visto ofertas abiertas a toda España en la que te pedían euskera", se lamenta.

En abril del año pasado se animó a comenzar a estudiar para formar parte de este cuerpo del Estado. Lo hizo a la vez que su hermano, que abandonó al encontrar empleo. En su familia hay cierta tradición en este sentido, ya que su abuelo estuvo en la Guardia Civil y después en el Ejército. "Puedo decir que es algo que siempre me llamó y para lo que tengo vocación", explica el joven.

Otra de las cuestiones que le animó a decidirse por la Guardia Civil y no por la Policía Nacional, por ejemplo, es su gusto por las poblaciones de menor tamaño. "Soy reacio a las grandes ciudades y la Guardia Civil trabaja en otro tipo de poblaciones", indica, algo que él asocia al trato más directo con la gente.

Asiste con la Agrupación Feal a dos horas de clase diarias. Además, destina otras cuatro por su cuenta al estudio. "Los viernes por la tarde reviso el examen que hacemos por la mañana y el sábado lo dedico a pasar apuntes. El domingo a planificar el resto de la semana". Además, se ha apuntado a un gimnasio para preparar las pruebas físicas.

Mientras no apruebe la oposición, y pese a tener pareja, seguirá viviendo con sus padres.