La segunda jornada de la Semana Galega de Filosofía arrancó esta mañana con la intervención de la antropóloga Maribel Blázquez Rodríguez, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, que dedicó su ponencia a presentar cuál es la propuesta que lleva haciendo la antropología cuando ha estado trabajando en cooperación internacional desde los años 20 y 30 del pasado siglo, periodo en el que surgen los programas de salud pública en otros continentes.

"Desde la antropología médica nos hemos especializado en intentar cuáles son las diferentes lógicas de atención a la salud", explicó, "entendiendo que cuando hablamos de sistemas de atención a la salud estarían formados no solo por los profesionales convencionales, formales, organizados y legitimados jurídicamente, sino también todo el conjunto de tradiciones, medicinas populares, sanadores, curanderos etc".

Estas medicinas populares y curanderos se organizan en las diferentes tradiciones de modos también diversos y, al igual que los profesionales reglados, "están trabajando y proveen de salud a la población", indicó la ponente.

Se trata de un trinomio, el formado por la salud, la religión y la magia, que en otras sociedades estaban mucho más vinculados "y de la enfermedad no interesaba tanto la causa sino entender por qué un padecimiento en concreto afectaba a una persona, de modo que ahí tanto el pensamiento mágico como el religioso intentaba explicar cuáles eran esas razones. En otras sociedades, y en la nuestra hasta antes de la dictadura, si había una concepción de la salud que sería más doméstica, privada e individual, hoy todo el control de la salud está manos en la institución sanitaria".

Maribel Blázquez destacó, citando al antropólogo Eduardo Menéndez, que "toda sociedad se dota de una serie de recursos para responder a las crisis entre la vida y la muerte, es decir el mantenimiento de cualquier grupo para que pueda continuar supone que hay que hacer desde prácticas de protección a otras que tienen que ver con la alimentación y el cuidado. Esto en función de las diferentes crisis y enfermedades que se han ido describiendo cada sociedad las va interpretando y entiende de una manera qué es la salud y qué es la enfermedad".

Recordó que estas diversas interpretaciones de qué es estar enfermo también han ido cambiando en Europa y en el seno de lo que consideramos medicina oficial. Un buen ejemplo es el parto: "hace 50 años no los considerábamos una enfermedad ni que eran un problema que tenían que ser atendidos en una institución sanitaria como es el hospital, y hoy en día si, y en los últimos 10 años estamos volviendo a esa visión de mediados del siglo pasado de pensar que los partos son procesos normales y lo mejor no hace falta tanto intervencionismo médico".

La propuesta de la conferenciante: repensar qué problemas, hechos sociales y conductas estamos situados en uno u otro lado de la balanza, como salud o como enfermedad, y qué causas que motivan "que haya determinados problemas a los que la primera respuesta que le damos sea sanitaria".

La primera explicación podría ser que alguien gana dinero medicalizando un problema. "También", responde la antropóloga, "pero de igual modo hay que pensar que desde los años 50 cuando se organizan los sistemas sanitarios empieza lo que se denomina la economía política de la salud, hay una parte, primero las enfermedades, después los cuerpos enfermos y posteriormente los cuerpos sanos, que empiezan a convertirse en mercancías y empiezan a valorarse el coste, valor de uso y de cambio. Esto se acompaña de un cambio en la cultura y las personas vamos a pensar que la salud es un bien y vamos a invertir, de la misma manera que invertimos en una vivienda lo haremos en la salud, algo que reconocerá la industria como un nicho económico".

Recordó en este sentido que las farmacéuticas son la primera industria en estados Unidos, que tiene que ver "no solo con lo farmacéutico sino con lo sanitario y lo tecnológico, todo un conjunto de tecnologías para definir y diseñar la vida de una determinada manera. Como resultado hay personas que hoy pueden vivir gracias a la tecnología, son procesos que dan posibilidades y de la misma manera está habiendo ciertas regulaciones, constricciones y dominios de lo económico y los gobiernos sobre las vidas de las personas".