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Cruz Roja ayudó el año pasado a pagar los recibos de electricidad y gas a 26 familias

La ONG también media con las empresas para lograr el prorrateo de las cuotas -"No pueden calentarse la comida ni lavarse la ropa", denuncia la coordinadora provincial

Un hombre busca en el interior de un contenedor. // Gustavo Santos

Cruz Roja ayudó el año pasado en Pontevedra a 26 familias que tuvieron dificultades para pagar sus recibos de electricidad y gas. Se trata de una acción que forma parte del programa que la ONG lleva a cabo desde el inicio de la crisis en colaboración con el Ministerio de Bienestar Social y la casilla social del IRPF y que incluye ayudas para necesidades básicas como alimentación, higiene, limpieza y el pago de suministros.

Las 26 familias que, finalmente, se vieron obligadas a recurrir a Cruz Roja en este sentido no eran capaces de afrontar los recibos derivados del consumo en el hogar de electricidad y gas. "Atendemos tanto a familias como a personas que viven solas y no son capaces de asumir unos gastos tan básicos como los generados por los recibos", explica Pilar Méndez, coordinadora provincial de la asociación en Pontevedra.

"Nosotros estudiamos todos los casos y vemos qué necesidades son cubiertas y cuáles no", asegura. Para ello, Cruz Roja, en colaboración con el Concello de Pontevedra, la Xunta de Galicia y otras asociaciones locales, decide de qué manera se puede ayudar a los afectados.

En este sentido, también media para que, si la familia se encuentra fuera de plazo en los pagos, "evitar que les corten la luz". Especialmente sensibles son los casos con niños y personas mayores enfermas. Existen dos modos de actuar. Uno es conseguir el prorrateo del pago, "si es que los afectados pueden asumirlo de esa manera", y otro el pago íntegro del recibo por parte de Cruz Roja.

El año anterior, 2015, la ONG pagó las cuotas de electricidad y gas de 36 familias y en 2014, las de 31.

"Hemos detectado cierta disminución en el último año, pero eso no quiere decir que no siga existiendo esta necesidad, sino que más bien achacamos la reducción a que cada vez hay más organizaciones de ayuda", considera Pilar Méndez.

Además, para que las familias necesitadas también aprendan a gestionar su débil economía, la organización les asesora. "Intentamos que ahorren en otras cosas, por eso ofrecemos talleres de economía doméstica, en los que aprenden a aislar térmicamente la casa, a elegir más productos de marca blanca en la compra...", cuenta la coordinadora provincial.

"Aún así, 26 pagos son muchos en el siglo en el que estamos. Son 26 familias que lo están pasando mal con algo tan básico como es no poder calentarse la comida. ni lavarse la ropa", se lamenta.

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