La cifra oficial de población del municipio de Pontevedra a partir del próximo 31 de diciembre será de 82.549 habitantes, diez más de los que el Instituto Nacional de Estadística (INE) había certificado un año antes. Este padrón, referido a las provincias y sus capitales, fue publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado por el Ministerio de Economía, que aclara que estos datos obedecen a la "revisión de los padrones municipales referida al 1 de enero de 2016" pero cuyos efectos serán de aplicación desde el próximo 31 de diciembre, de modo que, entre otras consecuencias, influye en las transferencias económicas del Estado.

De este modo, el INE confirma un aumento de diez habitantes con respecto a los 82.539 de doce meses atrás, un ligero crecimiento que contrasta de forma notable con el desplome de la natalidad que el mismo instituto puso de manifiesto hace unos días en un balance del movimiento natural de la población en el primer semestre de 2016. Aquellos datos revelaban que el municipio capitalino registró en ese periodo, por vez primera, una media de menos de 55 partos al mes, entre enero y junio, de modo que, en conjunto, se registró un crecimiento vegetativo de -76, es decir, hubo 76 fallecimientos más que nacimientos.

Otras ciudades

Por tanto, la llegada de habitantes procedentes de otros municipios, comunidades e incluso del extranjero es la base de este ligero aumento de la población que el INE otorga a Pontevedra, si bien todavía no se han divulgado los datos concretos de ese fenómeno por ciudades. En los datos publicados ayer también se pone de manifiesto que de las otras tres capitales gallegas, dos de ellas, A Coruña y Lugo, también aumentan su padrón. Solo Ourense pierde vecinos, en consonancia con su elevada caída de la natalidad, un proceso común en toda Galicia pero que no se refleja en sus capitales.

Según el crecimiento vegetativo en A Coruña es bastante peor que en Pontevedra, de -430, con un 49% más de muertes que de alumbramientos, pero no tan grave como en Ourense, con -259 y un 72% más de defunciones. En Lugo el resultado es muy parejo al de Pontevedra con un crecimiento vegetativo de -114 y un 27% de diferencia entre muertes y partos.

Con esos datos, vuelve a ponerse de manifiesto la inmigración como base para que A Coruña crezca en 108 habitantes y llegue a los 243.978 vecinos, mientras que en Lugo se certifican 98.268 empadronados, 134 más que hace un año. En cambio Ourense perdió 338 habitantes y se queda en 105.893.

A falta de que se ofrezcan los resultados de todas las ciudades, sí se puede confirmar que Pontevedra se mantiene como la segunda urbe gallega menos poblada, por detrás de Ferrol, si bien la ciudad departamental está inmersa desde hace años en una dramática caída demográfica a la que se resiste la capital del Lérez pese al descenso de la natalidad, agravado este año.

Hasta ahora, el récord negativo de nacimientos lo ostentaba el pasado ejercicio de 2015, con 57 alumbramientos mensuales, un proceso que este año se agravó con un notable aumento del número de defunciones en el primer semestre del año, con un total de 404 casos, es decir, más de 67 al mes. Todo ello redundó en un crecimiento vegetativo inaudito hasta ahora en Pontevedra, al dispararse la diferencia entre nacimientos y fallecimientos. En el primer semestre de 2016 ese índice se situó provisionalmente en -76, lo que supone que hay un 23% más de fallecimientos que de partos. En todo caso, la evolución del actual ejercicio no se verá reflejado en los datos oficiales de población hasta dentro de un año, ya que las cifras conocidas ayer corresponden a 2015, aunque estarán en vigor hasta las puertas de 2018.