La pretensión del gobierno local de modificar el reglamento del Mercado de Abastos para incorporar nuevos usos a su planta superior va camino de abrir un nuevo conflicto en este servicio. Un grupo de vendedores se sumó ayer a un comunicado de rechazo a esas modificaciones y temen que los cambios previstos en ese piso, cuyo acceso quedaría independiente del bajo "nos deje aislados". El colectivo critica las formas y el fondo del proceso llevado a cabo por el Concello. "Teóricamente se busca la dinamización de la plaza, pero nosotros no nos sentimos integrados. Se plantea la instalación de unas rejas y una cristalera, algo que nos hace sospechar que en lugar de buscar la integración, pretenden aislarnos" dicen en su nota y se quejan de no ser informados de lo que se persigue en la planta alta.

El gobierno local ya intentó hace un mes aprobar el reglamento, pero la oposición lo impidió. Ahora se lleva de nuevo al pleno del lunes, "en plena época de navidad, cuando no tenemos tiempo" para combatir una normativa "con la que no estamos de acuerdo".

Los vendedores señalan que el edificio, tras su reforma de 2003 "quedó bonito, pero nada funcional, con una infraestructura comercial mediocre" y recelan de los planes del Concello para el futuro de las concesiones. Recuerdan que en 2003 "hubo una renovación automática" y piden ahora el mismo tramo, aunque también reclaman una "reordenación justa y equilibrada de los espacios".