Improvisación, ternura y grandes dosis de mala leche definieron el espectáculo ¡Madre mía, cómo está España! que presentó ayer Moncho Borrajo en la sed de Afundación en Pontevedra.
-¿Cómo está España y qué propone en este nuevo espectáculo?
-¿Cómo está España? Fatal (risas) pero tenemos que tomárnoslo de broma o nos suicidamos, el espectáculo es una vuelta al Moncho de siempre después de haber hecho la trilogía, Golfus Hispánicus, Yo, Quevedo y Moncho Panza. Vuelvo a ser el Moncho de siempre de las chaquetas, los broches, el cabaré, que es con lo que disfruto y me lo paso bien, y en este caso empecé a montar el espectáculo después de las elecciones y viendo lo que sucedía dije qué mejor que hacer algo con como está esto.
-¿Cuánto ocupa la política?
-Más o menos un 30% del espectáculo, el resto no porque pienso que la gente está ya cansada, de hecho están consiguiendo que el pueblo se convierta en un poco pasota, que diga (risas) mira, haced lo que os da la gana porque lo vais a hacer igual, así que para que nos vamos a matar. Aprovecho el tema, porque es llamativo y funciona, y luego es un espectáculo muy monchoborrajero, la escenografía es un gran mural que dibujé pasado a unas lonas de varios metros de alto en el que hay como un Guernica pero dibujado por mi donde la justicia está borracha (risas), muy políticamente correcto.
-Cuando presentó el espectáculo inspirado en Quevedo decía que desde él hasta la actualidad apenas había cambiado nada en España...
-Muy pocas la verdad, seguimos con una Monarquía que no hace nada, con unos políticos que nos roban y nos toman el pelo y nadie dimite; seguimos con un pueblo que se calla, porque yo no lo entiendo, creo que en el agua nos echan algo o así (risas) porque estamos atontados, no es normal todo lo que está pasando en esta sociedad y que sigamos como si no pasase nada, pues es lo que pasaba en la época de Quevedo también. Y luego sigue ocurriendo lo mismo en otros campos: los deslenguados como Quevedo y como un servidor, sin compararme con él Dios me libre, no estamos bien vistos porque decimos las verdades a la cara y tener una mosca cojonera no gusta, qué le vamos a hacer, a Quevedo lo metieron a la cárcel por un verso que mandó la rey y se lo pusieron en la servilleta, ponía a parir al conde duque de Olivares y fue a la cárcel cuatro años, casi muere allí dentro, así que no crea que esto ha cambiado mucho.
-Basta pensar en la Ley Mordaza
-Ahí está, hombre, el colmo es que hace poco unos políticos pretendieron presentar una ley para que los cómicos no nos metiéramos con ellos, el colmo, es el colmo, tenemos que estar a 300 metros de ellos, no podemos ir a su casa a quejarnos, no nos dejan ir al Congreso a quejarnos ¡si aún encima no podemos contar chistes de ellos ya me dirá! Como le dije a uno: no digáis tonterías y nosotros no nos meteremos con vosotros, pero si la señora Botella habla así inglés yo tengo que ir a Cambridge invitado.
-¿Lo han vetado en las televisiones?
-Bueno, vetado no pero creo que les doy un poco de miedo, siempre que me llaman lo hacen para programas grabados, por si acaso pueden borrar algo (risas). En la TVG si he estado más de una vez últimamente y no me han puesto cortapisa alguna, pero si es cierto que, tal y como soy y después de casi 45 años en el espectáculo, y siendo políticamente incorrecto sé el peaje que tengo que pagar, no soy tonto, no me van a sacar en la portada del Hola al lado de la Preysler (risas). Pero también es cierto que la televisión es una gran asesina, vale para que te vean de vez en cuando, que vean que existes, pero luego hay que huir de ella porque te quema, es una hoguera que a Juana de Arco la dejaría seca.
-Iba usted para arquitecto...
-Si, dejé Arquitectura, me hice arquitecto técnico, que es lo que soy, le regalé el título a mi padre para que viese que tengo una carrera y pensase, bueno, mi hijo ya estudió algo (risas) y luego hice Bellas Artes por libre, en 3 años hice los 6 cursos en Valencia. Yo creo que Dios me hizo a propósito para esto porque mire: hijo de sastre, por lo tanto sé coser, estudié Bellas Artes, por lo tanto sé pintar, hice aparejadores, por lo tanto sé plantear un espectáculo en un escenario; además aprendí a maquillarme y hablar yo creo que desde pequeñito, porque nací sietemesino y ya salí diciendo estoy harto de estar aquí dentro (risas). Y luego aún encima Dios dijo mira, en esta acera no te veo, vete para la de enfrente. Y así no tengo niños y mejor, porque me dedico a esto plenamente.
-Al hilo de lo que acaba de decir ¿se ha sentido discriminado por su orientación sexual?
-No, el mundo del espectáculo con eso no cuenta. En los momentos iniciales, cuando vivía el pequeño de Ferrol no era ninguna broma realmente, yo cuando veo algún chaval que se queja le digo ¿pero tu sabes cómo estábamos nosotros cariño? Yo llego a ir con tu pinta por la calle y me matan (risas). Todos queremos más libertad pero también es cierto que a veces me enfado con algunos homosexuales cuando les digo que el respeto es fundamental, si quieres que te respeten debes respetar tu a los demás, la libertad de uno termina cuando empieza la de otro.
-Propuso cambios en el Día del Orgullo Gay...
-Me encanta el Día del Orgullo Gay como diversión, como alegría, bueno pues hagamos una cabalgata gay maravillosa en Carnaval y luego hagamos una manifestación seria como ciudadanos que somos, creo que sería bueno para que la gente diferenciara claramente lo que es la diversión de lo que son los problemas,; sigue habiendo personas a las que se les echa del trabajo por ser homosexual o lesbiana, esto ocurre por desgracia en nuestro país, y sigue habiendo gente que se reúne para pegar a homosexuales o quemarlos, esto se produce, por eso creo que habría que diferenciar esos aspectos: no tiene nada que ver que seamos gente alegre y que tengamos un concepto de la vida un poco distinto a quienes tienen otros problemas y otras apetencias sexuales pero deberíamos hacer una manifestación más en serio, manteniendo la otra porque si no Madrid se arruina (risas) con nosotros esa semana se forran los de Madrid.
