"Se ha hecho justicia y se ha hecho rápido", manifestó el representante de la Fiscalía al término de la vista. El fiscal coincidió con la presidenta del tribunal en que la distinción jurídica del dolo directo y el eventual no tenía trascendencia a la hora de declarar la culpabilidad del condenado, distinción con la que la abogada de Antonio Frutos Ayala pretendía que su representado saliese ayer en libertad. En todo caso el fiscal admite que el intento de la defensa "es entendible" dentro de sus deberes.

La petición de condena de doce años y seis meses es la pena que se sitúa justo en la mitad del arco que recoge el Código Penal para el homicidio (de 10 a 15 años) y el fiscal destacó -antes de la lectura del veredicto- que no se le aplica la atenuante de confesión dado que Frutos Ayala se entregó cuando ya se había emitido una orden de detención internacional en su contra.

El condenado por homicidio abandonó la Audiencia de Pontevedra camino de la cárcel esbozando una sonrisa a las cámaras.