Marín acoge hoy un pleno extraordinario, solicitado por todos los grupos de la oposición, en el que se abordará el pliego de condiciones del contrato de la recogida de la basura. La sesión comenzará a las 20.30 horas y a ella asistirá la plantilla de trabajadores de la actual concesionaria, Urbaser, así como sus familias, según anunció la Unión Comarcal de CC OO de Pontevedra.

El único punto del orden del día de la sesión será este pliego de condiciones del contrato de recogida de residuos sólidos. Ayer los trabajadores presentaron un escrito en el Concello solicitando que se les conceda la palabra en algún momento de la sesión, para exponer su posición respecto a este problema.

En el último pleno municipal los grupos de la oposición presentaron una moción conjunta, que no llegó a ser tratada porque el grupo de gobierno tumbó la votación del debate por vía de urgencia.

Mientras, los trabajadores iniciaron una serie de protestas, que podría derivar en una huelga indefinida, si bien detuvieron esta opción a la espera de una negociación política que solvente el conflicto.

En la última reunión de los trabajadores se acordó aplazar el calendario de protestas al menos hasta que se celebre este pleno extraordinario convocado para hoy y exigido al gobierno local por BNG, PSOE y Marea Veciñal.

Este acuerdo supone una paralización de la huelga indefinida planteada, aunque la Unión Comarcal de Comisiones Obreras de Pontevedra reitera que "de no garantizarse el empleo durante la totalidad de la próxima concesión de recogida de basuras, se convocará una huelga de larga duración".

De este modo, el sindicato presiona en pos de un acuerdo político que les permita mejorar sus condiciones y hacen "única responsable" del posible paro a "la alcaldesa de Marín".

El próximo febrero expira la actual concesión de Urbaser, vigente desde hace 16 años y los trabajadores están preocupados porque el nuevo pliego de condiciones no exija a la nueva concesionaria la subrogación de sus puestos de trabajo. Por el contrario, el nuevo pliego sí admite una rebaja del gasto salarial, lo que entienden que supondrá despidos. La plantilla quiere que estas cuestiones queden solventadas en los pliegos del nuevo contrato.