El gobierno local anunció ayer, por tercer año consecutivo, que se aplicará en el próximo ejercicio una "congelación" de la presión fiscal de modo que ninguna de las 27 ordenanzas municipales referidas a tasas, precios públicos e impuestos experimentará variación al alza. El concejal de Facenda, Raimundo González Carballo, destacó que con esta medida "Pontevedra sigue entre las capitales de provincia de España con menor presión fiscal".

Eso sí, el gobierno local también tiene decidido mantener las inspecciones de los padrones fiscales con el fin de detectar posibles irregularidades o fraudes en el pago de esos impuestos, una medida que se justifica en la "equidad fiscal". Si en ejercicios anteriores se actuó en impuestos y tasas como el IBI, el IAE o el saneamiento en el rural (en algunos casos aún sin concluir) en esta ocasión el trabajo investigador se amplía también a la tasa de basuras, tanto en el rural como en el casco urbano.

El concejal explicó que el resultado de esta inspección puede suponer un incremento de la tasa en algunos casos, pero también una reducción en otros. Así, indicó que pueden encontrarse locales con una actividad económica que no está dada de alta, lo que implica una tasa diferente, pero también bajos que antes albergaban algún negocio y que ahora están cerrados.

Al margen de esta inspección específica de la basura, el concejal explicó que la del IAE, que afecta solo a las empresas que facturan más de un millón de euros al año, "sigue adelante" y la del IBI está "casi acabada". También apuntó que se trabaja en una ordenanza para gravar los cajeros de los bancos o el espacio que usan las empresas de telefonía, cuya elaboración aprobó en su día el pleno, "pero que necesitan de unos estudios técnicos complejos".

González Carballo se refirió al ránking tributario que elabora cada año el Ayuntamiento de Madrid, con la cuantía impositiva de medio centenar de ciudades españolas, "que sitúa a Pontevedra en el puesto 42 del IBI, el 43 en Vehículos o el m34 en el IAE" y destacó que esta congelación, similar a la de 2015 y 2016 "es una buena noticia para las familias". No obstante, descartó que, en esa linea de aliviar la presión fiscal, se baraja la bajada de alguno de los impuestos o tasas municipales. "Nosotros no hacemos demagogia", indicó para justificar que no haya reducciones, ya que "hay servicios que se prestan a los ciudadanos y se necesita de unos recursos para no deteriorarlos". Además apuntó que el IPC, índice que hasta ahora servía para determinar la subida o no de los impuestos, "ya no es ahora la base para ello, sino un estudio económico sobre el coste de los servicios y en algunos casos son deficitarios".