El santuario de los Milagros de Amil volvió a protagonizar este domingo una multitudinaria convocatoria. La que es quizá la romería religiosa con mayor participación de toda la comarca, volvió a ofrecer ayer imágenes de verdadero fervor religioso y devoción por la Virgen a quien los romeros piden los más variados favores, desde curar una grave enfermedad a aprobar esa asignatura que tanto se atraganta, como explicaban unas jóvenes peregrinas que realizaron el camino a pie desde Pontevedra. La capital de la provincia es uno de los puntos en los que hay mayor devoción por esta Virgen. Ya de madrugada se podía observar a numerosos peregrinos recorrer la distancia a pie que separa la ciudad del Lérez del santuario. Pero los romeros llegan de muchos puntos de la provincia, desde Caldas o Arousa y hay un buen número de autobuses que aportan fieles llegados de toda Galicia.

La mayor parte de ellos hacen pacientemente cola ante el templo para entrar en la capilla y allí venerar a la Virgen de los Milagros. Muchos son los que pasan paños o estampas con su imagen por su figura para bendecirlos y que sirvan de amuleto protector a lo largo de todo el año. Hay quien hace el último tramo del recorrido hasta la capilla de rodillas, una tradición que se fue perdiendo pero ayer todavía se podía ver a alguna devota incluso ascender de rodillas la larga escalinata que asciende por la colina en la que está situada la capilla de Amil.

Desde la seis de la madrugada, cada hora, se repetían las misas en la capilla y en todas ellas el número de fieles es muy importante. Pero el fervor y la pasión religiosa se desata sobre todo a partir de la una de la tarde cuando se celebra la misa solemne que incluye la tradicional procesión en la que la imagen luce su manto colmado de billetes, a modo de pago por la intercesión de la Virgen para que las peticiones de los devotos se vean cumplidas. Una procesión en la que se portan las tradicionales velas o exvotos, que simulan partes del cuerpo en los que se halla el mal que piden que desaparezca. Las misas continuaron a lo largo de la tarde, hasta la última que se celebró a las 20 horas.

Esto en cuanto al apartado religioso de la fiesta. Justo al lado, en la carballeira, decenas de casetas y puestos de todo tipo permiten al romero atender a las necesidades del cuerpo una vez que han satisfecho las del alma. Pulpeiros, rosquilleiras, parrilleros y todo tipo de manjares aguardan a los visitantes.