Un vecino de Pontevedra, I. M. C., se enfrenta a una petición de condena por parte del fiscal de dos años de prisión como autor de un delito de estafa. Se le acusa de haber convencido a una mujer vecina de la ciudad para que le entregase dinero, inversiones que él multiplicaría debido a sus dotes para ganar importantes cantidades con las apuestas.
Los hechos se remontan, según el escrito de acusación del fiscal, a enero de este mismo año. El acusado entabló contacto con la víctima a través de la página de internet "Mil anuncios" y quedaron el 29 de ese mismo mes de enero en la estación de autobuses de Pontevedra. Allí, la víctima le comunicó al procesado que estaba pasando por un momento muy difícil, de apuros económicos. El acusado le manifestó su disposición a ayudarla y, según el Ministerio Público, simuló que realizaba una transferencia de 4.000 a la cuenta de la víctima además de insistirle en que él podría ganar mucho dinero haciendo apuestas.
La mujer víctima de este presunto estafador acabó por hacerle caso y retiró de su cuenta bancaria una primera entrega de 600 euros que entregó al acusado. Al día siguiente, este se puso en contacto con ella para decirle que había ganado 1.560 euros con las apuestas, dinero que iba a proceder a ingresar en su cuenta bancaria.
Dos días después de su primer encuentro, el 31 de enero, ambos quedaron nuevamente sobre las 14 horas de nuevo en la estación de autobuses de Pontevedra y se dirigieron a Vigo en donde el acusado le dijo, siempre según la versión del fiscal, que jugase otros mil euros. Así, la víctima retiró otros 600 euros del cajero que sumó a otros 400 euros que portaba en efectivo en la mano. Posteriormente, el acusado supuestamente le envió un mensaje diciéndole que le habían tocado 23.000 euros y que quedarían para cobrar el dinero.
No obstante, nunca volvió a verlo si bien éste le indicó que había ido al banco y le había ingresado el dinero. El acusado nunca transfirió los 4.000 euros que dijo haber ingresado para ayudar económicamente a la víctima, ni tampoco ningún otro ingreso por las supuestas ganancias que obtuvo con sus supuestas dotes para las apuestas. De hecho, el fiscal cree que únicamente se dedicó a simular que tenía una capacidad económica para realizar estas apuestas con el objetivo de engañar a la víctima para que le entregase 1.600 euros que "destinó a su propio beneficio".
Además de estos dos años de prisión, el fiscal pide al acusado que devuelva estos 1.600 euros a la víctima y que el juzgado de instrucción número uno de la capital dicte la apertura de juicio oral contra I. M. C.
