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Celestino Lores: "Este año vamos a superar los 50.000 peregrinos en el Camino Portugués"

"La media de gasto es de 30 euros por persona y día, serían 1,5 millones lo que dejarían este año en la ciudad"

Celestino Lores, presidente de Amigos do Camiño. // Gustavo Santos

El rey Sancho II en 1244, la reina Santa Isabel, que peregrinó en 1326 y 1335, el rey Manuel I O Venturoso, que salió hacia Santiago en 1502, los Jesuitas que en 1543 hicieron el viaje desde Coimbra, el pintor y humanista luso Francisco de Holanda en 1549, el obispo de Tui en 1604 y el vizconde de Ponte de Lima en 1610 dieron a conocer desde el siglo XIII el Camino Portugués a Santiago, la vía jacobea de la que Pontevedra es capital y que vive su edad de oro.

-¿Qué balance hace de la actividad en el Camino Portugués durante este verano?

-El balance es muy positivo, las previsiones se superaron y en todo el mes de agosto hemos colgado el cartel de completo, además derivando peregrinos de grupos al polideportivo y, en otros casos en los peregrinos tienen más posibilidades económicas, a los hoteles y pensiones de la ciudad. Este año el Camino Portugués ha desbordado todas las previsiones.

-¿Cómo es el peregrino-tipo?

-Concretamente en el albergue se nota la presencia de numerosos jóvenes, ahora en los últimos días mucha gente española pero en las semanas anteriores jóvenes italianos, porque está de moda el Camino Portugués en Italia, jóvenes portugueses por supuesto y a mayores de todas las partes del mundo, polacos, alemanes, irlandeses, estadounidenses, chinos que me llamó la atención porque era un grupo de varios.

-¿El perfil ha cambiado para pasar a ser el de un joven?

-Efectivamente, este verano el perfil predominante ha sido el de un joven entre 18 y 30 años. También se ven muchos peregrinos familiares, el otro día recibimos a un bebé de seis meses que lo traían en su carrito, muchas familias vienen con sus niños pequeños pero en general predomina el perfil de un joven.

-¿Cuántos peregrinos hicieron el pasado año el Camino Portugués y en qué medida se ha incrementado la afluencia con respecto a esa cifra?

-Calculamos que el pasado año pasaron 45.000, porque la Oficina del Peregrino registró 43.000, que son los que retiran la Compostela, pero siempre hay un número significativo de peregrinos que no la retiran, por eso añadimos unos 2.000 más, así que resultan los 45.000 que pasaron el pasado año y este año creo que vamos a superar los 50.000 peregrinos en el Camino Portugués con el crecimiento experimentado, que es tremendo y de hecho se ve en las calles.

-¿La previsión para 2021 es mucho más optimista todavía?

-Mucho más, la previsión para el próximo Año Santo, que es ese 2021 es triplicar la afluencia, que pasen por la ciudad entre 80.000 y 100.000 peregrinos, así por encima, pero hay un horizonte, el día en que lleguemos a las cifras del Camino Francés, que está en 170.000.

-¿Puede hablarse de estimaciones de gasto, de cuánto invierte un peregrino en la ciudad?

-Siempre digo que el peregrino no es un indigente sino que gasta y lo hace de arreglo a su economía, hay peregrinos que van al Parador o a otros hoteles, y peregrinos como suelen ser los más jóvenes que se quedan el albergue, pero la media de gasto, y es muy baja pero para no equivocarnos, es de 30 euros por peregrino día, es la media de lo que gastan en la ciudad, así que si pasan 50.000 serían 1,5 millones de euros lo que dejarían este año los peregrinos en la ciudad, lo que supone una aportación importante. Yo calculo: el peregrino llega al albergue y deja 6 euros, pongamos que gasta 10 euros en la comida, 8 en la cena y el desayuno de mañana, sin más, pero hay peregrinos que van al Parador o al Galicia Palace con lo cual solo la habitación ronda los 60, por eso hablamos de una media de 30 años que consume de media el peregrino.

-¿Las motivaciones del peregrino son exclusivamente religiosas?

-Nunca lo han sido en exclusiva, lo que sucede es que ahora como hay más peregrinos es más visible que las motivaciones van más allá de las religiosas, pero siempre las hubo, de siempre si venían 10 peregrinos 6 lo hacían por motivaciones religiosas y 4 por culturales, gastronómicas etc, esa proporción de 60%-40% se mantiene, lo que se mantiene y se consolida cada vez más es que el peregrino quiere llegar a la catedral, por las motivaciones que sean pero quiere llegar a Compostela que es su final del Camino, después eso de ir hasta Finisterre es ya una cuestión secundaria y que no forma parte del Camino, pero sin duda la meta de todos los peregrinos es llegar a la catedral, tienen que llegar a Santiago, con lo cual la motivación religiosa permanece aunque no sea en el sentido de que se haga una promesa para recorrer el Camino, eso de pedir al santo trabajo o por una enfermedad lo hacen algunos, pero los otros la motivación es llegar a la catedral de Santiago, es la meta fijada y la que hace diferente al Camino, después será por una cuestión cultural pero la meta es Santiago, de hecho el día en que falle eso se acaba el Camino de Santiago (risas).

-El albergue cumplió este mismo mes 17 años de actividad ¿cómo ha sido la evolución del Camino Portugués y cómo ha cambiado el peregrino?

- El albergue cumplió años el pasado día 11 y desde su apertura ha cambiado mucho, muchísimo, tanto la difusión del Camino Portugués en distintos países del mundo donde literalmente se ha puesto de moda como el mismo perfil del peregrino: a los clásicos, los que lo hicieron hace años, les gusta el Camino de antes y dicen que el de ahora se ha comercializado, pero, claro, yo puedo decirlo desde la realidad del albergue, el de ellos era un Camino en el que no se cobraba en el Albergue, que los que estábamos aquí estábamos a su servicio, que el Camino era exclusivamente para los peregrinos, que eran algo así como una cosa especial a los que casi había que hacerles reverencias y, claro, ese es el camino que les gusta a ellos evidentemente, cuando no dejaban un duro y todo era darle gratis al peregrino. Ahora no, ahora es un peregrino que consume, que gasta en el Albergue y a eso le llaman que se ha comercializado el camino, pues claro, es que mire usted, los pueblos que están al lado del Camino también tienen que vivir (sonríe), así es cómo ha evolucionado y los que estamos a pie de obra nos alegramos, yo personalmente me quedo con el peregrino de hoy y no con el de antes.

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