Las Fuerzas Armadas se han convertido en una salida laboral para muchos jóvenes a los que la crisis cerró las puertas de empleo en muchas otras ramas de la actividad en el sector privado. Entre ellos, muchos titulados universitarios que ven en la carrera militar una posible salida laboral. Además de aquellas convocatorias de plazas específicas para la escala de oficiales en especialidades concretas, cuyo concurso se desarrolla también estos días en Madrid, Defensa ha constatado un aumento entre los universitarios que optan también por la escala básica para iniciar su carrera profesional en el Ejército y a partir de ahí, en muchos casos, acceder por promoción interna a escalas superiores.

Desde el pasado 27 de mayo y hasta el viernes, la Subdelegación de Defensa de Pontevedra es uno de los 22 centros en toda España en los que se están desarrollando la primera fase del proceso selectivo de tropa profesional para los tres Ejércitos. Se ofertan un total de 1.500 plazas en toda España y hay unos 30.000 aspirantes, de ellos, un total de 563 procedentes de las provincias de Pontevedra y Ourense (120 son de esta última) que estos días tratan de superar esta primera parte del proceso selectivo e la sede de la Subdelegación en el Paseo de Cervantes.

El subdelegado de Defensa en la provincia, el coronel Ángel de Miguel Campos, constata que "es verdad que cada vez tenemos más licenciados" y explica que esta primera fase consta precisamente de un concurso-oposición del que el aspirante ya sale con una nota definitiva para el resto del proceso. Una calificación en la que se valora en un 30% los méritos de carácter general (entre ellos los académicos, o cuestiones como el carné de conducir, así como los militares si los hubiera); y en un 70% restante se compone de la nota en un examen tipo de test que realizan estos días los aspirantes.

En septiembre llegará el turno de las pruebas físicas a las que solo se llamarán a las notas más elevadas resultantes de este examen y concurso. Son unas pruebas que no varían la nota obtenida, pero que sí dejarían fuera del proceso a quien no las supere dado que se califican como "apto" o "no apto". El jefe del área de reclutamiento, el capitán de Fragata César Barros Fraga, explica que "no son unas pruebas muy exigentes, pero sí hay que prepararlas" para superarlas con cierta facilidad. Los afortunados que logren su objetivo pasarán después dos meses en los centros de formación del Ejército antes de firmar su primer contrato de profesional con el Ejército. Un compromiso de dos años de duración y que les permitirá, más o menos, obtener un sueldo de mileurista para empezar.

En cuanto al volumen de aspirantes, el coronel De Miguel reconoce que en lo más álgido de la crisis (como pudo ser el año 2012) el número de aspirantes en toda España era mayor, llegando a las 45.000 solicitudes en toda España por cada ciclo. Ahora este número se redujo a una media de entre 25.000 y 30.000 aspirantes. Hay dos convocatorias al año de unas 1.500 plazas en cada ciclo, uno a principios de año y otro a mediados. En Pontevedra la media de aspirantes suele superar ligeramente el medio millar y un solo un 10% son mujeres.

No a los tatuajes

¿Cuáles son los requisitos para poder optar a una de las plazas? Algunos son ya conocidos, como tener entre 18 y 29 años y haber superado al menos el primer ciclo de la ESO. También es necesario no tener antecedentes penales y otro motivo de inadmisión menos conocido es, desde hace tres años, no llevar tatuajes en zonas visibles de la uniformidad. Es decir, en partes del cuerpo que se vean al llevar el uniforme como brazos o cuello, o de las rodillas para abajo en el caso de las mujeres, dado que hay un uniforme con faldas para las mujeres.