Cuando el pasado 22 de mayo de 2015 la Guardia Civil detuvo a al veterano narcotraficante Florencio Groba Prego a las puertas del poblado de O Vao, a muchos en la Comandancia les resultó chocante ver que uno de los considerados "históricos" del tráfico de drogas en Galicia (fue condenado en el pasado al menos en cuatro ocasiones a penas que suman 37 años de cárcel) acabase siendo detenido en persona a la puertas del asentamiento marginal, considerado el mayor supermercado de la droga de Galicia.

Según explicó ayer uno de los guardias civiles que declaró ayer en el juicio, Groba, hombre de sobra conocido para las fuerzas de seguridad, se había dejado ver en varias ocasiones por las inmediaciones del poblado y esto hizo que naciera en ellos la sospecha de que el ponteareano pudiera ser uno de los proveedores de heroína a los clanes de O Vao, destino final de decenas de consumidores que acuden cada día al asentamiento en busca de una dosis de "caballo".

Con el objetivo de despejar estas sospechas, los agentes explican que se estableció un dispositivo de vigilancia en torno al poblado y que, en un determinado momento, uno de los agentes detectó la presencia de Groba y una segunda persona circulando en el coche del primero por las inmediaciones. Se solicitó la ayuda de otra patrulla que se apostó en la rotonda de O Vao, dio el alto al vehículo y, tras un registro, comprobaron que el acompañante de Florencio Groba, Jorge F. R., escondía en su ropa interior un alijo de 150 gramos de heroína. Una cantidad que, para tratarse de esta droga, no es nada despreciable. Los agentes pronto concluyeron que la heroína pertenecía a Florencio Groba y que Jorge F. R., era tan solo un correo. "Un escudo que utilizaba Florencio en el caso de que los parase la Guardia Civil", dijo el fiscal ayer en el juicio.

La Guardia Civil considera que Jorge, una persona "insolvente" (según afirmaron los agentes), un consumidor habitual de drogas, no tendría la capacidad económica suficiente para hacer frente a la compra de un alijo de estas características (de unos 14.000 euros de valor) y que Florencio, histórico narcotraficante, sí podría haber financiado una compra de esta envergadura. Groba, de 63 años de edad, lo niega. Asegura que nunca pisó el poblado de O Vao, que nunca suministró drogas a sus clanes y que en este caso en concreto desconocía que la persona a la que llevaba en su coche escondiese droga en su ropa interior. Afirma que simplemente se ofreció a llevarlo "a ver a un amigo" cuando le pidió el coche, para evitar, precisamente, que delinquiese, dado que le habían retirado el carné. Su compañero de banquillo ratificó la historia. Jorge F. R. insistió en que la droga era suya y Florencio no sabía nada de la heroína que escondía.

Cinco mil euros congelados

Groba también negó que los cinco mil euros que la Guardia Civil encontró en un congelador así como numerosas joyas y anillos hallados en su casa no provenían del narcotráfico, sino que eran de su mujer, a pesar de que eran de distintos tamaños de dedo: "Bueno, los dedos no son todos iguales", respondió Groba al fiscal, que pide para él una pena de seis años de prisión, cuatro en el caso de compañero de banquillo, Jorge F. R.