Con el ruido de los bolillos chocando entre sí, el Recinto Feiral de Pontevedra se rindió ayer a la tradición del encaje creado sobre almohadones.

Con un público mayoritariamente femenino, las ocupantes de las 25 mesas trabajaron incansablemente desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde, momento en que se clausuró el evento.

Alrededor de ellas se encontraban los puestos que cada año venden artículos en los que el encaje de bolillos es el protagonista, así como los artículos para poder crearlo: bolillos, hilos, almohadones...

Abanicos, pendientes, pulseras, colgantes y objetos de decoración, entre otros, demostraron que el encaje sigue siendo un elemento de moda.

Además, un par de vitrinas mostraron originales complementos, joyas y piezas procedentes de la República Checa realizadas con lino y chocolate e incrustados en cristal.