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José Antonio Durán: "El franquismo contó fatal la República y después llegamos nosotros para falsear el franquismo"

"Toda esa historia del alzamiento popular en la Guerra de Independencia contra los franceses es una gran mentira"

José Antonio Durán. // Gustavo Santos

Llamado a nacer en Pontevedra, José Antonio Durán vino finalmente al mundo "en ningures suelo decir, un lugar por otra parte maravillosamente gallego (risas); mis padres se fueron de Pontevedra con un ingeniero, Antonio Sáenz Díaz, a hacer un túnel enorme de ferrocarril en Zamora, en el Padornelo, y allí les pilló la guerra, yo nací en un campamento que se hizo para esas obras, un campamento con escuelas, casas etc. Ese poblado desapareció y años después, cuando quise verlo, ni mi madre sabía localizarlo".

-De modo que en su caso el amor por Pontevedra es de herencia

-Total, mi padre era de familia de canteiros de A Seca y mi madre aunque rianxeira vino de niña a casa de los Sáenz Diez, familia de gran relieve de Pontevedra. Mi madre era sobrina del ama de llaves de esa casa, vino a Pontevedra para ayudarla, porque los Sáenz Díez en pocos años quedaron huérfanos de padre y de madre y fue la tía de mi madre quien los crió, fue su madre de hecho, llamaba la atención ver como la trataban; así que fíjese, soy descendiente de canteiros de A Seca y de una trasplantada a Pontevedra, que casó en San Bartolomé, así que como si hubiese nacido en el centro, de hecho tengo la casa que fue de mis padres, estoy orgullosísimo de ella y ya sabe lo bonita que es.

-¿A qué se dedicaba su familia?

-Son cosas que estoy contando en mis memorias: desde los 4 años vivo en Pontevedra y mi madre se convirtió en modista, cose para grandes familias, y mi padre es el encargado de investigar el estado de las obras del ferrocarril, que estuvieron muchísimo tiempo detenidas en Pontevedra, en el tiempo entre la estación vieja y la nueva, donde está ahora, pasaron muchos años, y mi padre tenía ese curiosísimo encargo de patearse a diario las obras y cuidar de que se conservase todo.

-Fue monaguillo de A Peregrina

-Si, es una de las cosas curiosas que me han pasado en la vida, lo fui porque mi tía se casó con un señorito de la ciudad que era el tesorero de la cofradía de A Peregrina, de tal manera que empecé a ayudar a Don Lino, e imagínese mi idea de latín con un edad que ni podía con el libro, que lo movía de un lado para otro Don Lino, uno de los más prestigiosos sacerdotes que hubo en Pontevedra, prelado del Papa, entre otros reconocimientos, una personalidad muy brillante.

-¿Dónde estudió?

-Primero en la enseñanza privada, en Canducha, una academia que había entonces en la Casa das Campás, era una enseñanza muy laica porque una hermana de Canducha se había casado con un Poza, era una enseñanza rara en aquellos tiempos. Y de ahí al Instituto, donde fui un estudiante normal y por una indicación de mi padre, que siempre fue un hombre comedido y sorprendente en sus decisiones, me fui a la Normal, me convenció para que pase a la Normal por si pasase algo en casa, le preocupaba que faltase él o mi madre.

-Y de ahí su formación como docente

-De ahí, en la Normal no se puede imaginar lo feliz que fui y además obtuve el número 1 en las oposiciones de ingreso en Magisterio en un momento tremendo de mi vida porque falleció mi padre, la suya fue una predicción que se cumplió cuando yo tenía 19 años, a esa edad me quedé huérfano.

-Cuentan sus compañeros de clase que usted era entonces un joven muy popular

-Lo era, sobre todo porque jugaba en el Teucro, fui portero del primer Teucro tras la fusión del equipo del Instituto y otros que empezaron haciendo en Pontevedra balonmano. Aunque parece que lo está pasando mal me produce mucho orgullo ver al Teucro otra vez en lo que llamábamos División de Honor y dirigido por el hijo de Vicente Domínguez Sansilvestre, mi compañero de todo el Bachillerato.

-¿Está muy mal contado el franquismo?

-Muy mal, es sorprendente lo mal que se ha contado y precisamente ese momento histórico del que hablamos ahora es un buen ejemplo: cuando yo llego a Santiago se está produciendo un fenómeno sociológico de enorme importancia, y es que los hijos de familias como la mía, modestas, en los 60 accedemos a la universidad por primera vez y eso cambia totalmente la configuración social de la universidad, porque llegamos en oleadas, de tal manera que cuando entro éramos más en primero y segundo que en todo el resto de cursos juntos, hasta ese punto se entraba en oleadas. Y a raíz de todo eso fue que descubrí la política, fue en un asamblea en Barcelona, porque en Santiago era todo vida de estudio, de primeras relaciones etc, pero en esa asamblea catalana conocí a todo el grupo de Madrid, Barcelona y Asturias.

-¿Cómo surgió su faceta de investigador y documentalista?

-Surgió en Pontevedra, como tantas cosas de mi vida por una curiosidad, vino a esta ciudad Julio Caro Baroja, como sabemos bien los que damos conferencias a la charla vendrá mucha gente a lo mejor pero después te sientes solo, así que el sociólogo Víctor Pérez Díaz llamó para que fuese a buscarlo al Parador. Fue Don Julio, que mucho antes que yo hizo mi misma vida de investigar y escribir como yo llevo haciendo entre 1972, el primero en darme consejos sobre ello. Y ese fue mi modelo, sobre todo cuando por motivos políticos me fueron echando de todos los intentos que iba haciendo de colocarme en instituciones de prestigio, eso te da otro campo de experiencias original.

-¿Es verdad que tuvo mucho que ver en la ley de educación en la que se formaron los niños que cursaron la extinta EGB?

-Mucho, tuve mucho que ver en la Ley Villar, fue una revolución, esa reforma contrariamente a todo lo que se hizo mal en los últimos años y tras la muerte de Franco se hizo bien, se tuvo la habilidad y el talento de buscar a personas independientes que supiesen de eso, hablamos por ejemplo de una persona que venía de hacer la ley de educación de Cuba. Y yo tuve mucho que ver en la implantación de la coeducación, fue una revolución también porque se sustituyeron las escuelas unitarias por los grupos escolares.... Yo hice también el estudio técnico de Galicia sobre donde ubicar los grupos escolares.

-Ha estudiado durante años la historia de Pontevedra, a la que ha dedicado varios documentales ¿qué le ha sorprendido más?

-Pontevedra la considero un observatorio ideal, hasta 1734 era una villa pero no era capital ni desde el punto de vista administrativo o militar relevante, y en ese momento por sorpresa se convierte en capital militar de una provincia que es miliciana, no militar, es decir se crean las milicias señoriales y Pontevedra ocupa el lugar 22 en esas provincias de nueva planta.

-¿Hasta qué punto será decisivo ese hecho en la Guerra de Independencia?

-Es central, al no tener en cuenta este hecho se cuentan cosas como que la Guerra de la Independencia fue una movilización popular, no hubo movilización popular alguna por favor, lo que había es milicias que desde 1734 hasta 1808, todos esos años. Se trata de que la gente sigue trabajando en su casa pero tenía que hacer un servicio militar que duraba entre 8 y 10 años, con armas, es decir que toda esa historia fantástica e increíble del alzamiento popular contra los franceses en 1808 es una gran mentira, fueron milicianos. Cachamuiña es como los demás gente popular a los que dirigen en sus comarcas militares profesionales, señores de los grandes señoríos porque es una milicia señorial, tampoco eran cazadores como se ha dicho, sino gente bajo dirección militar.

-¿Tampoco la guerra con los franceses nos la han contado bien?

-Para nada, porque se contó con ánimo patriótico, lo primero que hay que decir es que en España no fue una verdadera guerra de independencia, como si sucedió en Portugal que fue ocupado, pero no España, que era aliada de Francia. Lo que sucedió es que no funcionaba el sistema continental napoleónico teniendo enfrente a la mayor potencia marítima, que era Inglaterra, hubo la ocupación ibérica y vinieron las movilizaciones milicianas, pero no hay nada de popular. Esto no quiere decir que no existiese el cañón de pau y todo eso pero si que hay que revisar la historia. El franquismo contó fatal la República y la Guerra de Independencia y después llegamos nosotros para falsear el franquismo.

-¿Qué le importaba al pueblo en 1808 estar sometido a unos o a otros?

-Es la pregunta esencial ¿Qué le importaba a la pobre gente de las aldeas, que eran caseros o que casi vivían en chozas que hubiera franceses u otros señoritos para movilizarse en una guerra tan cruel? Pues resulta que no le importaba nada claro, a quien le importaba era a los señoritos que encabezaban las milicias. Y eso también tendrá una importancia capital para el gallego porque la formación de la milicia ha de hacerse en gallego y de hecho los primeros escritos en gallego de la edad contemporánea son militares. ¿Y que otra consecuencia tiene esta revisión histórica? Que Pontevedra pasó a ser una ciudad aristocrática porque las grandes familias no tenían que marcharse a Madrid ya que tenían trabajo aquí, es la razón por la que aquí está el edificio del Parador, los dos del Museo de Pontevedra etc, todos eran edificios de militares con grandes escudos.

-¿Es verdad que los jesuitas estudiaron la puesta en marcha de una academia?

-Si, los jesuitas estuvieron a punto de montar un gran centro de formación específicamente militar en Pontevedra, de ahí surge la primera idea que muchísimos años después fructificará con la puesta en marcha de la Escuela Naval. Todo lo que hablamos es historia, las milicias son un descubrimiento probado y tuvieron una enorme importancia, para Pontevedra fue una revolución y especialmente para el gallego, piense que después habría que esperar hasta Juan Manuel Pintos para que se vuelva a hacer un cierto uso del gallego. Ese descubrimiento obliga a replantear toda una historia que se nos ha contado de manera mágica y patriótica, y eso nada tiene que ver con el rigor histórico.

-Su blog es toda una referencia para quien quiera ahondar en la historia

-La Cueva de Zaratustra fue un regalo de mis hijos, se le ocurrió a mi hija Sara leyendo Luces de Bohemia, y de hecho colabora con La Cueva el nieto de Zaratustra, que era Pueyo, el librero de Valle Inclán. Mis hijos me convencieron, pensé que me daría demasiado trabajo pero hoy es el gran activo del Taller de Ediciones; al principio entrábamos los cuatro de la familia y de pronto un día estalló y empezaron las visitas por centenares ¿qué pasaba? Pues que la televisión pública alemana lo había detectado y lo consideraba uno de los 8 mejores blog audiovisuales del mundo. Igual que el investigar la historia me ha dado sorpresas, también La Cueva de Zaratustra, y además ha sido un doble reto mantener esa altísima calidad con colaboradores como Luis Cochón, Santiago Lamas, Rafael Cochón, porque desde el principio quise que fuese un blog generacional, de autores que son todos muy buenos porque, sabe, aquí nadie manda un trabajo malo porque todos sabemos que La Cueva ha logrado mantener un nivel internacional altísimo, es nuestra marca.

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