Hace unos días, el colectivo Pedaladas de promoción de la bicicleta, detallaba un aumento del número de sanciones que imponía la Guardia Civil a los ciclistas en carreteras interurbanas por infracciones como circular sin casco o hacerlo bajo los efectos de las drogas. Entre otras razones, la asociación lo atribuía a una mayor persecución de estos incumplimientos, pero también a que la cantidad de usuarios de estos vehículos a pedales había crecido de forma notable en los últimos años. Quizás también sea esta la causa de que suban los siniestros con bicicletas implicadas. En los 35 casos del pasado año hubo 23 heridos leves y tres graves y en la mayor parte de los casos se trató de una colisión entre una bici y un coche (23), si bien hubo dos accidentes entre un ciclista y un autobús, otros dos entre una bicicleta y un peatón, y ocho casos de caídas sin intervención de terceros.

La tipología de los accidentes es muy variada, desde alcances, choques, atropellos, embestidas o salidas de vía pero el origen del siniestro es en muchas ocasiones una "conducción distraída" o "no respetar la norma genérica de prioridad" tanto por parte del ciclista como del conductor del vehículo a motor. También se produjeron siniestros por aperturas inesperadas de puertas de coches, cambios de carril en rotondas, circular la bicicleta en sentido contrario o por velocidades inadecuadas, entre otras causas.