La ley de morosidad establecía a las administraciones, entre ellas los concellos, un plazo de máximo de 30 días para hacer frente al pago de sus recibos a los proveedores. Pero, ¿tienen la misma diligencia los vecinos a la hora de hacer frente a sus obligaciones con las administraciones locales? Generalmente sí, dado que la mayoría de los Concellos acaba recabando la práctica totalidad de los ingresos que prevé en materia de impuestos y tasas. No obstante, siempre hay un "pequeño" volumen de impuestos que quedan pendientes de pago y que, sumados, se convierten en cifras realmente llamativas.
Así, según las últimas cuentas generales de los ayuntamientos publicadas por el Ministerio de Hacienda, que son las que se refieren al ejercicio de 2014, los 14 concellos de la comarca tenían a 31 de diciembre de ese año pendientes de cobros recibos por impuestos y tasas que sumaban un total de 10.873.739 euros. Una cifra similar a todo el capítulo de inversiones que va a acometer el ayuntamiento de Pontevedra a lo largo de este año o que supone más de dos tercios del presupuesto que la Xunta pretende dedicar a la ampliación y mejora de la depuradora de Placeres.
El cálculo se realizó desechando de los derechos de cobro pendientes de los Concellos las transferencias de capital y corrientes que todavía no habían sido transferidas a las arcas de los municipios y que corresponden a la participación de los impuestos estatales, subvenciones o ingresos para financiar inversiones y obras. Estos casi once millones son el resultado de recibos sin pagar por impuestos directos (es decir, del tipo IBI, IAE o la "viñeta" de los vehículos a motor, entre otros), los indirectos (como puede ser el impuesto de obras (ICIO) o las tasas y otros ingresos por diferentes conceptos (licencias, mercados, escuelas infantiles, ocupación de espacio público, vados, entre otros muchos).
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De los 14 municipios de la comarca, tan solo cuatro cerraron 2014 sin que se le debiese ni un solo recibo. Se trata de Portas, Ponte Caldelas, Vilaboa y Cuntis. De todos ellos, este último era el único que tenía cero euros de ingresos pendientes, contando también los pagos pendientes por otros conceptos como las ya citadas transferencias corrientes y de capital.
Como es lógico, el municipio que tenía un mayor montante de impuestos y tasas pendiente de cobro es el más grande. Pontevedra capital acumulaba 7,3 millones de recibos pendiente de pago al cierre de 2014.
En segundo lugar se sitúa Marín, que sumaba 1,5 millones de euros en impuestos y tasas sin abonar, destacando los 1,1 millones por tasas y otros ingresos.
Sanxenxo acumulaba algo más de un millón de euros de recibos pendientes de cobro y Poio un total de 450.000 euros.
Un ayuntamiento relativamente pequeño, como es el caso de Barro, también mantenía un total de 305.000 euros a la espera de ser abonados. En Cotobade estaban pendientes de cobro 117.000 euros (la mayoría por cuestiones como el IBI, el impuesto de vehículos a motor o el IAE) y en Campo Lameiro esta cantidad era de 50.057 euros.
La recaudación de este tipo de tributos funcionó casi a la perfección en Caldas en donde tan solo quedaban sin pagar a final de año 3.310 euros (todos de tasas y otros ingresos) y e Moraña con 848 euros.
Dependiendo de los plazos de pago para cada tributo, dentro de estas cantidades hay un porcentaje elevado de aquellos recibos que quedan sin abonar en los plazos voluntarios y que acaban siendo reclamados por la vía ejecutiva.
Los menos pagados
El mismo año al que se refieren estas últimas cuentas generales de los ayuntamientos publicadas por Hacienda, el 2014, los recibos que con más frecuencia dejaban sin pagar los pontevedreses eran, por este orden, el IBI, la viñeta, la tasa del agua y las multas. Durante ese mismo ejercicio salieron de las oficinas municipales algo más de 26.035 notificaciones de embargo de cuentas corrientes, bienes inmuebles, vehículos o devoluciones de Hacienda.
