Los bomberos regresaron ayer en varias ocasiones al inmueble destruido por el incendio (quedó totalmente arrasado en su vertiente de A Ferrería, no tanto en Michelena) para enfríar los cascotes y para retirar de la fachada aquellos elementos que pudieran causar desprendimientos en los próximos días.

El jefe de los bomberos, Manuel Torres, explicó que la reacción fue rápida ya que apenas tardaron "cinco minutos" en llegar desde el parque al lugar del incendio. Atacaron el fuego por Michelena debido a que "era por donde exteriorizaba el fuego" cuando ellos llegaron. "Empezamos por esa calle por que era donde había un mayor riesgo de propagación más inmediato a otros inmuebles", explicó ayer. Atacaron el fuego desde altura en Michelena y también desde el interior del edificio, al que penetraron a través del comercio Couplé jugándose el físico hasta que "no pudieron avanzar más". Cuando llegaron los medios auxiliares (además de los bomberos de Pontevedra también participaron en la extinción los de O Salnés y O Morrazo) se atacó también el fuego "por delante", desde A Ferrería.

"Hubiera sido lo mismo"

Con todo, Torres señala que si hubiesen decidido actuar por A Ferrería en primer lugar antes que por Michelena "el resultado hubiera sido el mismo" debido a la voracidad del fuego y a las características del edificio. En cualquier caso, insistió en que la estrategia para atacar el fuego la realizaron en base a una premisa fundamental, "evitar la propagación era nuestra primera preocupación", para evitar un incendio en cadena por toda esta manzana del casco antiguo.

Torres explicó que "la carga de combustible que tenía el inmueble y los establecimientos" allí radicados así como las características del mismo facilitaron "que el fuego se propagase a una velocidad bastante grande". El jefe de bomberos también señaló que "el fuego probablemente no se inició en las proximidades de ninguna de las dos fachadas, sino que más bien que se debió originar en una zona central del edificio lo que provocó que cuando se exteriorizó en una de las fachadas y luego en la otra, dentro ya había una generalización importante del incendio", algo que los bomberos descubrieron cuando, jugándose el tipo, penetraron en el interior del inmueble hasta el punto que no pudieron avanzar más.

Además, el hecho de que se tratase de un edificio muy estrecho y de mucha profundidad y con distintos recovecos que conectan ambas fachadas también complicó sobremanera las labores de extinción.