La Estación Fitopatolóxica do Areeiro ha emitido un aviso fitosanitario ante el "avance notorio" del picudo rojo, una plaga que ataca a las palmeras y que se extiende por toda la provincia, lo que ha obligado ya a los servicios municipales a eliminar algunos ejemplares en el municipio y a extremar la vigilancia en los Jardines de Vincenti, principal parque de estos árboles en la ciudad. Los técnicos advierten de que las palmeras muy afectadas por esta plaga deben eliminarse, pero aclaran que esa operación "debe realizarse respetando escrupulosamente las normas de seguridad básicas y adoptando una serie de precauciones para evitar la dispersión de la enfermedad, por lo que se aconseja recurrir a empresas especializadas".

En el caso de Pontevedra hace meses se produjeron varios casos especialmente en Placeres y Estribela, en la parroquia de Lourizán, precisamente donde se ubican las instalaciones de Areeiro. Pero ya se detectó también en el casco urbano, detrás de la iglesia de San Francisco, donde se eliminó la copa de un ejemplar y se fumigó el tronco y las raíces. El director de Areeiro, Pedro Mansilla, explica que este año se observó un avance notorio de la plaga en diferentes zonas de la provincia y que cada vez son más numerosos los ejemplares que manifiestan síntomas de su ataque. "Son muy abundantes también las consultas que recibimos sobre este tema; por este motivo, y aunque el invierno es la época de menor actividad del insecto, consideramos necesario recordar las actuaciones básicas para limitar su dispersión y poder conseguir un mejor control de la plaga", señala.

La Diputación, de la que depende la estación fitopatológica, recuerda a los concellos que este servicio "ya dispone de una diagnosis para hacer frente a la plaga y sin coste para los municipios los técnicos se desplazan al lugar para analizar in situ cada planta y después realizan otros estudios de laboratorio". De hecho, además de Pontevedra, otros municipios como Sanxenxo y Caldas han solicitado la colaboración de esta unidad para controlar sus poblaciones. El problema es más complejo para los particulares, ya que los tratamientos o una posible tala son muy caros.

Entre los consejos básicos para hacer frente al picudo rojo se cita la "revisión periódica de las palmeras con el fin de detectar posibles síntomas de la presencia del picudo rojo (asimetría de la copa a nivel de las hojas más tiernas, desplome de las palmas); evitar plantar nuevas palmeras en las zonas donde se detectó la plaga y en sus cercanías; evitar podas y, en todo caso, eliminar solo las palmas secas únicamente en invierno, nunca el resto del año ya que el calor favorece la proliferación del insecto. Estas podas deben ser con "cortes limpios, sin desgarros y tras realizarlos se debe tratar la herida con un insecticida". También es necesario "realizar tratamientos preventivos a palmeras sin síntomas".

Enterrar los restos

En todo caso, para los ejemplares muy afectados la única solución es eliminarlos, "operación que debe realizarse respetando las normas de seguridad, por lo que se aconseja hacerlo a través de empresas especialistas. En caso de ejemplares pequeños, estos se pueden cortar en trozos in situ y enterrar todos los restos a una profundidad no inferior a dos metros, dejando la zona limpia de cualquier residuo de la planta".

No es la primera vez que Areeiro lanza avisos fitosanitarios con respecto al picudo rojo, un insecto que deposita sus larvas en la palmera y se alimentan de ella en el interior hasta matarla. Desde hace al menos tres años, cuando comenzó a detectarse en el Sur de la provincia, se alerta de su virulencia. Sin embargo, los tratamientos para los dueños privados son muy caros y la expansión no cesa.