Un nuevo robo en una vivienda de Mourente cometido en las últimas horas se suma a la ya larga lista de sustracciones en viviendas de la zona del rural pontevedrés de las últimas semanas y que además suelen tener un denominador común, que es que el autor o autores de los mismos buscan cualquier objeto de metal como botín. La Policía Científica inspeccionaba en la tarde de ayer el interior de la vivienda que fue escenario de este último robo, ubicada en Mourente.

Esta casa no es la residencia habitual de sus propietarios y los ladrones aprovecharon su ausencia para llevarse todo tipo de objetos metálicos, desde dos calentadores a los grifos, tornillería, tuberías, lamparas y candelabros de bronce, cubertería, unos colgadores de metal y hasta un paragüero. Según explican los vecinos del lugar, hace apenas unos días a una familia le desaparecieron todos los objetos de metal que formaban parte de una churrasquera que tienen en su finca, mientras que en otra casa próxima a la que ayer visitó la Policía Científica también sufrieron un robo en su interior el pasado fin de semana.

Rectoral de Marcón

En las últimas horas se ha recogido al menos otra denuncia de este tipo por parte de la Policía Nacional. Fuentes de la Comisaría explican que están investigando el robo cometido en el interior de la casa rectoral de Marcón, en donde los ladrones, tras fracturar la puerta de acceso del piso superior del inmueble se llevaron el cableado de cobre de cuatro cuartos de baño. Se trata de una vivienda vacía, dado que en ella no reside ningún sacerdote, una característica que se repite también en otros robos.

Fuentes de la Policía Nacional explican que estos robos se producen después de que se haya imputado a un delincuente reincidente pontevedrés por otros siete robos similares cometidos en los últimos meses en la zona de Lérez, Mourente y Campañó. Tras ser identificado como presunto autor de aquellos robos ya vuelve a encontrarse en libertad. En aquellos robos uno de los botines preferidos era también el metal.

Criminalidad

La noticia coincide con la publicación de los datos de evolución de la criminalidad en la ciudad de Pontevedra, que registra un repunte, especialmente en el apartado de robos en domicilios. En los tres primeros trimestres del año se contabilizaron un total de 133, es decir, uno cada dos días, de tal forma que el incremento fue de un 98,5%. Pontevedra fue la única ciudad de las siete grandes de Galicia en la que subió la tasa de criminalidad.