Cerveza, salchichas, codillo y mucha camaradería con el buen ambiente que caracteriza a la familia del rugby son los secretos de la Outubrofest, que abre sus puertas para proponer cinco jornadas de diversión y encuentro en la plaza del Teucro. Los primeros en sumarse fueron en la mañana de ayer los directivos del Pontevedra Rugby Club, organizador de la cita, y los representantes políticos, con la concejala de Festas, Carme da Silva, a la cabeza.

La edil se felicitó porque nos esperan "días de fiesta y también de promoción de la actividad deportiva, de un deporte que además es tremendamente participativo como es el rugby; en Pontevedra hay muchísima gente que lo practica y que siempre son solidarios con otros deportes, en este caso homenajean al waterpolo".

Aludía así al premio que concede la fiesta a los clubes que trabajan con la cantera y que en este 2015 corresponde al Waterpolo Galaico.

La fiesta de la cerveza se celebra bajo una carpa instalada en la plaza del Teucro que visitarán miles de personas hasta la despedida del puente, el próximo día 2. Se trata de un evento decisivo para el Pontevedra Rugby, un club con 170 fichas y que financia una parte significativa de su temporada gracias a la Outubrofest.

"Arrancamos con muchas expectativas", reconoce a este respecto el presidente del Rugby Club, Félix Álvarez, "es una fiesta consolidada, es el séptimo año de éxito seguro y ha coincidido con los años duros de la crisis".

¿El secreto? En su opinión haber mantenido los precios, que se sitúan en 6 euros la exitosa salchicha de medio metro o el codillo, uno de los platos estrella con la salchicha de 1 metro (que se vende a 10 euros).

Por su parte, la cerbeza rubia puede comprarse a partir de 3,5 euros el medio litro y 6 el libro. Las de tribo y tostada se venden a precios entre 4 y 6 euros.

Alrededor de 250 voluntarios, integrantes del club, familiares, colaboradores etc, trabajan por turnos en la fiesta, que un año más cuenta con un público mayoritariamente formado por familias y grupos de amigos.

"Es este buen ambiente, tan tranquilo, el que hace que en siete años no hayamos tenido ni un solo incidente, ni una pelea", se congratula Félix Álvarez, "a pesar de que es una fiesta en la que se bebe".