Por las manos de Alberto Cerdán han pasado decenas de famosas de todo el mundo, que han confiado en el catalán su imagen. El estilista estuvo ayer en Pontevedra, donde ofreció una charla sobre tendencias en el congreso Galicia Look and Fashion. La cita formó parte del programa de la Feria Expobeauty, que mañana cierra sus puertas en el Recinto Feiral, una jornada en la que se celebrará la Gala de Nuevas Promesas del sector.
-Se le conoce como "el estilista de las famosas" ¿Le molesta?
-Para nada. En absoluto. Me gustaría que me dijeran "el estilista de las clientas", porque al final todas son clientas.
-¿Con cuántas "celebrities" puede haber trabajado?
-Pues no sé? 200? Más o menos? Entre españoles y extranjeras. ¡Pero aún estoy en activo, eh! (risas).
-¿Son más exigentes que el resto de las mujeres "normales"?
-No, no. No son nada exigentes. Son personas de una naturaleza extraña a veces. Cuando están arriba, están un poco subiditas, pero cuando están sin trabajo se muestran con un tono más natural. Las famosas son igual que el restode clientas: cambian más de novio que de peluquero. Nosotros somos también importantes para ellas y si están contentas con lo que les estás haciendo, están contigo de por vida. Eso seguro.
- ¿Cuál es la famosa más fiel?
-La familia Guillén Cuervo es un exponente de lo que significa la fidelidad. Tanto Cayetana como su hermano como su madre o su cuñada? es una familia ligada a mí y a nuestro trabajo durante muchísimos años. Yo creo que hace como unos 25 o 30 años que corto el cabello y lavo la imagen a Cayetana. Y mira que ha sufrido cambios...
-Sentirá una responsabilidad muy grande cuando la ve por televisión o en cine...
-Seguimos evolucionando. Lo más importante es que cuando acaba sus películas, sus series, vuelve, pero vuelve distinta.
-Alguna famosa se habrá ido descontenta tras pasar por sus manos...
-¡Sí! Me acuerdo, por ejemplo, de Claudia Schiffer. Un día casi la mato (risas). Fíjate, para Seur lo importante es llegar a tiempo, para un peluquero es que no se toquen el pelo. No llegamos a las manos, pero casi, casi (bromea). Después nos pidió disculpas, porque hay que respetar a la profesión. Cuando vienen a nosotros clientas famosas de todo tipo lo hacen porque quieren que les aconsejes.
-¿Confían plenamente?
-Sí. Sí confían. Por ejemplo, a Megan Montaner le corté el pelo corto, con una melena francesa. Después, para trabajar, utilizaba una peluca larga, pero ella, para sí misma, tiene una melena muy corta. Como ella, muchas famosas separan la parte personal de la profesional. Lo que tenemos que ser nosotros, para que se fíen, es honestos y sinceros.
-¿Ha tratado a la famosa por excelencia: Isabel Preysler?
-Sí, claro. Me acuerdo que yo estaba trabajando en Star Light, en Marbella, y teníamos muchas conversaciones por teléfono y yo siempre le decía: Isabel, tienes que cortarte esa melena. Hace dos años me invitó al concierto de su hijo Enrique y estuvimos hablando mucho sobre que se corte la melena. Cuesta, porque le queda muy bien, y también le sientan bien los recogidos. Pero algún día lo conseguiremos. Las asignaturas pendientes que tenemos los españoles en este sentido son ella y la baronesa Thyssen.
-Se ha llegado a definir a sí mismo como el escultor del cabello. ¿Qué quiere decir?
-El escultor es un artista que moldea materia muerta. ¿Cómo no vamos a ser artistas nosotros si moldeamos una materia viva? Es increíble como sacamos de situaciones a mujeres y hombres que pasan por momentos de tensión en su vida muy importantes o como cambiamos una imagen cuando realmente tu vida está en horas muy bajas. Y todo esto con el gran problema de las contradicciones de las mujeres (risas).
-¿Es importante un cambio de imagen cuando, como usted dice, se pasa por horas bajas?
-Sí, yo creo que sí. A veces puede ser un cambio de color; a veces, un corte, un volumen diferente. Hay momentos de tu vida en los que tienes que poner en una balanza lo que te gustaría hacerte y lo que te conviene.
