La tractorada que desde hace semanas protagonizan los ganaderos en protesta por el precio de la leche extiende sus efectos. Después de las concentraciones en diversos municipios gallegos, en especial en Lugo y Santiago, los afectados comenzaron ayer bloqueos en las fábricas y una de las visitadas por los tractores fue la de Clesa, en Caldas de Reis. Además, también quedaron "aisladas" las plantas de Larsa en Vilagarcía y la de Nestlé en Pontecesures.

Ganaderos de Terra de Montes y Deza, en especial de Forcarei y A Estrada, llevaron a mediodía de ayer sus tractores a la entrada de la factoría caldense, que no pudo trabajar en toda la jornada. No obstante, según fuentes próximas a la empresa, ayer no estaba prevista la descarga de materia prima, si bien no fue posible ni la entrada ni la salida de camión alguno. El "desembarco" en Caldas se producía después de que los manifestantes acamparan toda la noche en la fábrica de Larsa de Vilagarcía. A última hora de ayer los ganaderos tenían previsto pasar una segunda noche ante la planta de Clesa, según el secretario de Ganadería de UPA, Román Santalla, si bien no entra en sus planes realizar cortes de tráfico u otras medidas.

Dicen que no quieren causar molestias a los vecinos con piquetes ni tractores en medio de la carretera; ni siquiera tienen previsto obstaculizar a los trabajadores de las industrias lácteas, y de hecho ayer dejaron pasar con normalidad a los operarios de Larsa, en Vilagarcía, que entraban en el turno de mañana. Lo único que pretenden es impedir la entrada y la salida de leche de las factorías, para de ese modo protestar por los precios que están percibiendo por el litro de leche (en torno a 27 céntimos de media, según ellos) y la falta de medidas concretas que garanticen que las industrias cumplan después lo acordado.

Los primeros tractores llegaron pasada la medianoche del sábado. Los ganaderos en las zonas de Umia y Arousa proceden de Rodeiro Lalín, Silleda, Vila de Cruces o A Estrada. Y aunque poseen tractores modernos, potentes y bien equipados, un viaje desde Santiago o Lalín a Vilagarcía se hace muy pesado. "A 25 kilómetros por hora son bien dos horas de viaje", afirma Luis Cejo.

Algunos se las apañaron para dormir en las cabinas de sus tractores, y otros se turnaron para ir a descansar en sus casas, mientras otros ganaderos que se acercaron hasta Vilagarcía en coche les relevaban en esa primera madrugada de cerco a la industria láctea. Su intención es quedarse como mínimo hasta el martes, cuando está prevista una nueva reunión en Madrid. Y entre tanto no les queda otra que armarse de paciencia e ir matando el tiempo de la mejor forma posible.