En 2014 el tiempo medio de espera de los proveedores para cobrar las facturas del Concello rondaba los 25 días. Con la implantación de la factura electrónica, desde enero de 2015, esa demora se ha duplicado, hasta los 50,85 días en los que se acaba de cerrar el tiempo medio para el segundo trimestre del año. La razón no solo está en la aplicación de esta nueva modalidad, sino también en el plazo que se contempla para contabilizar el tiempo de espera. Antes era desde que se conformaba la factura, pero ahora es desde que se ingresa en ese registro electrónico. De este modo, el Gobierno central también ha elevado el plazo legal para su abono. Si antes era de 30 días, ahora es de 60, por lo que el Concello, pese a tardar más en pagar, aún se mantiene dentro de los límites legales.

El concejal Raimundo González Carballo sitúa, en todo caso, a la factura electrónica como la principal causa del retraso y vaticina que aún "tardará algún tiempo en normalizarse la situación", ya que supuso complicaciones para el Concello pero también para los propios proveedores, que tenían que incluir sus facturas en una única plataforma habilitada por el Gobierno central.

En todo caso, el edil recordó que el este segundo trimestre del año se abonaron facturas por 9 millones de euros (un millón más de lo habitual) y garantiza que "todo ser normalizará con el paso del tiempo, tras el correspondiente periodo de rodaje".