"Me pregunto qué sociedad estamos construyendo", reflexiona Jesús Busto al hacer balance los 30 años de actividad de Amigos de Galicia, una fundación que surgió como una reunión de amigos, buenos aficionados a la gastronomía que un día, sencillamente, se quedaron sin apetito al contemplar que otros pasaban hambre. Fue un monje sabio el que explicó que esa es la esencia del amor, la capacidad de ponernos en el lugar de los demás.
-¿En qué trabaja la Fundación Amigos de Galicia?
-Es una entidad que se dedica principalmente en la actualidad a ayudar a familias sin recursos de toda Galicia, atendemos a cerca de 32.000 personas mensualmente, tuvimos el pasado año un presupuesto de 3,5 millones de euros.
-¿Cómo surgió este proyecto?
-Fue hace 30 años y surgió como una entidad dedicada a la promoción turística y cultural de Galicia, pero en la actualidad, con la situación que hay, desde 1998 empezamos a cambiar y en 2008 nos profesionalizamos y somos una entidad que atiende, en colaboración con los concellos gallegos, a miles de personas.
-Es paradójico, ustedes empezaron como gastrónomos...
-Empezamos por la gastronomía, nosotros porque también nos gusta comer bien, la cosa sea dicha, pero cuando empezamos no pensamos en más, íbamos por el tema cultural, lo que pasa es que empezamos a ayudar a emigrantes gallegos que nos pedían ayuda de América, yo llevé ayuda y le puedo decir que conozco todos los centros gallegos de América; empezamos a ayudar a los gallegos en Cuba, al asilo le mandamos los dos coches que tienen, también llevamos más de 100.000 kilos de alimentos a los gallegos que Cuba, que los repartimos nosotros directamente; al Hogar Español de Montevideo, donde hay 250 gallegos, le mandamos un coche también. Después empezó la crisis y cambiamos nuestra actividad hacia Galicia y empezamos a ayudar a la gente aquí lógicamente.
-¿Por qué decidieron profesionalizarse?
-Desde antes de 2007 eran pocas familias con las que trabajábamos, pero después empezaron a venir a pedirnos ayuda y decidimos que había que profesionalizarse con trabajadores sociales, técnicos de empleo, profesionales que ayudasen, porque para que se haga una idea repartimos anualmente 3 millones de kilos de alimentos en toda Galicia. También ayudamos a los comedores sociales, por ejemplo ahora le vamos a dar a 1.800 niños sin recursos todo el material escolar para incorporarse a los colegios; estamos rehabilitando en Pazos de Borbén una vivienda con 4 niños en unas condiciones infrahumanas, entonces nos dedicamos no solamente al tema de la alimentación sino a una integración, sobre todo de aquellas familias donde hay críos, para que puedan tener una vida lo más digna posible.
-¿Qué les dicen sus datos sobre la pobreza en Galicia?
-Tenemos nuestros datos, pero dicen las organizaciones aún más grandes que ronda el 22% en Galicia, tal vez, lo que le digo es que hay bolsas de pobreza en algunos sitios más que en otros, pero si hay una pobreza, y otra pobreza vergonzante que aún está aflorando.
-¿Va en aumento?
-No, la desgracia que tenemos es otra, la desgracia que tenemos es que se cronificó, hay que tener en cuenta que tenemos 100.000 parados en Galicia que no tienen prestación, esos parados tienen familias, eso se cronificó, la gente no logra un empleo, no lo dan encontrado, entonces vive con Risga, con la prestación social de 426 euros, esa gente mientras no de salido de ese bache lo tiene muy difícil, el grave problema que tenemos con la pobreza es que se nos ha cronificado.
