Aunque hoy sus bases se consideren inciertas o acientíficas, los alquimistas fueron los predecesores de los actuales científicos, que les adeudan el conocimiento de muchos procedimientos y sustancias. Unos y otros fueron descubiertos porque la alquimia buscaba en esencia curar todas las enfermedades, crear vida artificial y transformar metales comunes en oro y plata.

A ello dedicaron su vida cientos de alquimistas, cuyas investigaciones están muy presentes en este tramo final del mes de agosto en el Centro de Interpretación das Torres Arzobispais (CITA).

La alquimia será el tema central de esta edición de la fiesta, que un año más se espera que convoque a más de 100.000 personas en las calles y plazas de la ciudad en una de las citas más multitudinarias del verano gallego.

Como anticipo, los escolares pueden disfrutar desde el pasado día 17 de tres talleres dirigidos a niños entre 6 y 12 años. Se trata de los monográficos "Tí, un gran alquimista", "A alquimia na vida cotiá", que arrancó ayer y continuará esta mañana en el centro museístico, y "Xogando coa alquimia", previsto para los próximos días 31 de agosto y 1 de septiembre.

Experimentos con el color y también con los materiales (se utilizan desde distintos pigmentos a leches o aceites) son algunas de las propuestas de estos talleres en los que se habla más de diversión que de piedras filosofales.

Los niños tuvieron oportunidad de obtener diferentes gamas cromáticas, que investigaron haciéndolas surgir a partir de pigmentos mezclados con harinas etc, todo ello sobre platos de plástico situados en el suelo del CITA, una experiencia orgánica para familiarizarlos con las transformaciones del color y las texturas.

Precisamente uno de los argumentos a los que señaló el Consello da Feira Franca al elegir el tema de la alquimia fue el amplio abanico de oportunidades formativas que este tema brinda para celebrar talleres dirigidos a la población escolar.

Además de invitarlos a experimentar, los talleres que sirven de anticipo a la Feira Franca buscan familiarizar a los niños con unos conocimientos que permanecieron vigentes durante más de 2.000 años y que no solo practicaron embaucadores, una negativa percepción de los alquimistas que ha caracterizado los siglos más recientes, sino relevantes científicos como Newton, mentes inquietas que buscaban una mayor comprensión de la naturaleza, sus elementos y transformaciones.