La Guardia Civil blindó la casa en la que se produjo el crimen y el examen de las dependencias de la vivienda se prolongó durante horas, incluso después de que se hubiera ordenado el levantamiento de los cadáveres los agentes todavía mantuvieron acordonada la zona a la que se impedía el paso de los medios de comunicación.

Agentes de la Guardia Civil y que estuvieron en el lugar de los hechos confesaron a algunos compañeros y a profesionales médicos que el escenario del crimen era "dantesco" y que nunca en su vida se habían encontrado ante situaciones tan duras como esta.