La inmobiliaria Lar, propietaria de los terrenos de la antigua Tafisa, se enfrenta a posibles multas económicas si en el plazo de un mes no concluya definitivamente las obras de urbanización de ese solar, unos trabajos iniciados en junio de 2011 y aparentemente concluidos, pero en los que aún existen "algunas deficiencias" que la empresa debe corregir. Así lo advirtió ayer el concejal de Urbanismo, Antón Louro, quien, después de casi cuatro años de espera, admitió ayer su interés por "recepcionar esa urbanización" lo antes posible para "abrir al público" la zona, que permanece vallada y con vigilancia desde hace años.

Louro recordó que en esos terrenos existen varias instalaciones, como un parque infantil y zonas verdes "que deben ser aprovechadas por los ciudadanos", pero también mencionó el hecho de que en esos terrenos existen solares de equipamiento y de carácter urbano de titularidad municipal que podrían ser aprovechados. Incluso apuntó que "alguna promotora quiere impulsar algún proyecto en Pontevedra", pero no quiso profundizar en el asunto". Uno de los solares que pasan a manos del Concello está destinado desde la recalificación de los terrenos para uso hotelero, si bien los anteriores intentos municipales para desarrollar ese plan cayeron en saco roto.

La prisa que muestra ahora la Concejalía de Urbanismo por recepcionar esos terrenos no tiene relación con la larga demora que registra el desarrollo residencial de esos terrenos, habilitados en su día para más de 800 viviendas, pero que nunca llegó a fraguar debido a la crisis del sector.

Tras el cierre de la fábrica de Tafisa a orillas del río, la empresa abrió una nave en A Reigosa, en Ponte Caldelas, que cerró sus puertas este pasado verano. Se da la circunstancia de que la constructora que ejecutó la urbanización de esos terrenos, Crespo, también desapareció en la misma época.

Louro reconoció ayer que los trabajos, presupuestados en su día en más de cuatro millones de euros, "están prácticamente acabadas", pero los técnicos municipales se oponen a su recepción ya que aún restan por solventarse algunas deficiencias, entre ellas la creación de una senda peatonal, para lo que es necesario el derribo de la nave de la antigua carpintería de Tafisa, y el acondicionamiento de una zona verde colindante con el Estadio da Xuventude, un lugar donde se actuó en el pasado, incluso con la tala de parte de su arbolado, pero cuyo resultado no es aceptado por el Concello. El concejal de Urbanismo firmó el pasado lunes la providencia por la que se otorga ese plazo máximo de un mes a Lar para rematar la urbanización. En caso de desobediencia se "abrirá un expediente sancionador por incumplir las obligaciones urbanísticas". Louro reconoce que en los más de tres años transcurridos desde el inicio de la obra (el triple del plazo inicial de 14 meses estipulado) no se urgió esta finalización debido a las dificultades que acarreó la crisis inmobiliaria, pero cree que ha llegado ya el momento de que esos más de 100.00 metros cuadrados pasen a titularidad municipal.

En la provindencia se recuerda también a Lar la obligación que tiene de mantener esos terrenos en "condiciones de seguridad, higiene y ornato público", ya que en la actualidad la maleza invade casi todo el recinto.

Las obras consistieron en la apertura de cuatro calles con dos glorietas, dotación de las redes de saneamiento, agua, riego, red contraincendios, gas, iluminación, electricidad y telecomunicaciones. Se habilitaron varios espacios como parques y jardines y se colocaron bancos y papeleras. El proyecto de urbanización preservó el empedrado de granito existente en la antigua fábrica y situado en el entorno de la Avenida de Buenos Aires, formando una plaza de 200 por 25 metros.