Una velada literaria y musical que se celebrará hoy a partir de las 20 horas en el pazo de Mugartegui servirá de marco para presentar "Estrela do norte", un poemario de tradición, popular y culta, y también contemporáneo con el que Luís Rei continúa su trayectoria literaria. En el debut, organizado por el Ateneo, participarán la escritora y académica Fina Casalderrey y el músico Luís Soto, flautista de la Real Filharmonía de Galicia.

-A impulsos, según confiesa, ha trabajado durante los últimos años en esta obra para la que ha buscado un título polisémico...

-(sonríe) Como corresponde a casi todos los libros, y también los de poesía, es un título que invita a los lectores a que, después de hacer su lectura del libro y, por lo tanto, de completar la autoría de un libro, que no se completa realmente hasta que alguien lo lee, a que emprendan a partir de ahí lo que ellos quieran, pero en el fondo es un título que habla de la inspiración a encontrar una estrella, una luz, que nos ilumine a lo largo del camino.

-¿Nos hace falta una brújula, una Estrela do norte?

-Creo que está bien antes de ponerse a caminar saber hacia dónde vamos, tener un norte, que puede estar en el sur (risas), pero, bueno, tener un norte del que muchas veces nos vamos desviando, porque después también la vida, que en el fondo no deja de ser un camino, se va dejando modificar por el azar y por las casualidades, por lo inesperado, y en ese juego nos movemos como personas y los poetas como autores cuando escriben.

-¿Qué importancia tiene la música, el ritmo, en este poemario?

-La poesía se fue haciendo a lo largo de los siglos, incluso desde antes de existir la fórmula escrita, digamos, mucho antes de la aparición da imprenta, fue construyéndose la poesía a través de formas métricas tradicionales que se desarrollaban en paralelo al idioma, y esas formas métricas por algo, deliberadamente, los hombres y las mujeres que nos precedieron en el paso por la Tierra y también en el cultivo de la poesía se sirvieron de ellas, así como de recursos fonéticos que no dejaban de ser una música incorporada, quizás desde las vanguardias hubo un desvío de esa manera de escribir, pero esa no es mi opción, creo que debemos seguir escribiendo buscando la protección que nos dan los límites.

-Hablando de límites: usted pone rima y pone métrica cuando muy pocos aceptan esas fronteras

-Si, pero creo que eso es muy pocos aquí, pero en otras literaturas se sigue haciendo, y aquí hay una linea también que va por ahí, que continúa por ahí, en el fondo la literatura es una carrera de relevos en la que los autores van entregando el testigo a otros, sucedía con Rosalía, con Machado, sucedía en el siglo XX con Yeats, con Juan Ramón Jiménez y creo que intento estar en ese camino, el del diálogo con los grandes, con las grandes voces de la literatura. Y en otras lenguas se sigue haciendo, los poemarios de Yeats están llenos de poemas en los que se recurre a formas métricas y estrofas tradicionales.

-¿Qué son las Cartas Mariñas, que también incluye en la obra?

-Son poemas en prosa, es un poco a partir de esta convicción que tengo de la poesía como un trabajo de las palabras pero al mismo tiempo de músico, cuando uno se desvía de eso en lugar de recurrir al verso libre lo que hace es escribir textos en prosa pero que no dejan de ser poemas, están canonizados desde Baudelaire como tales, y hubo autores tan importantes como Luis Cernuda que los cultivaron, y también entre nosotros, y entonces ahí es el momento en el que el libro, que en el fondo también es una especie de sinfonía y las sinfonías se componen de movimientos, pues es uno de los movimientos del libro, el del recurso a la prosa poética, en realidad al poema en prosa, y tienen una mayor unidad que el resto del libro, se llaman cartas marinas y en todo momento remiten al mar, a la experiencia de contemplación del mar, y de vivir el mar.

-El poemario es también un homenaje a Galicia, al monte Pindo, a Carnota... También a Pontevedra.

-Si, los espacios en los que yo me muevo, me gusta como a todo el mundo viajar y dejarme sorprender por paisajes distintos y apreciar las cosas buenas que tienen otros paisajes pero al final yo soy de un lugar, no creo en esa gente que dice soy cosmopolita, soy ciudadano del mundo, somos de un tiempo y un lugar, estamos condicionados por el tiempo y por el espacio y cada uno tiene los suyos, en mi caso es a la orilla del Atlántico, sobre todo Costa da Morte, las Rías Baixas y en ese territorio Pontevedra, el lugar donde me pasaron las cosas más importantes y donde sigo viviendo.

-Somos un tiempo, un lugar, y también los amigos y lo que leemos ¿es por eso que rinde homenaje a Manuel Cuña, a Ramiro Fonte, a César Portela...?

-Si, en el libro hay homenajes muy visibles, a los amigos infelizmente desaparecidos y otros felizmente vivos y trabajando, pero también hay a las lecturas que dejan poso en uno, y ahí aparecen homenajes más o menos detectables, yo creo que bastante (sonríe) a Machado, a Rosalía, a Cunqueiro, a Yeats, a Pessoa... En la vida hay muchas cosas importantes y las obsesiones importantes forman parte de lo que uno escribe y, por tanto, el amor, la necesidad de diálogo y de conversación, la afinidad, los grandes temas y además de los grandes temas a aquellos que los trataron con maestría y que dijeron cosas que en su momento nos sirvieron a nosotros para poner un poco más en claro lo que estaba oscuro, todo eso, y también la amistad y el homenaje a los demás, tenía que estar presente en este libro.