Cuando finalice el año el polígono de Barro contará con el suministro de una línea de alta tensión de 66 kilovatios que permitirá atender las necesidades presentes y futuras del parque empresarial. La energía llegará desde la línea de Tibo, en la parroquia pontevedresa de Mourente hasta la subestación eléctrica del propio complejo industrial.

La junta de gobierno de la Diputación de Pontevedra dio ayer luz verde al proyecto de canalización de la línea de alto voltaje, una obra que supondrá un desembolso de algo más de 1,2 millones de euros y que tendrá que estar ejecutada en un plazo máximo de seis meses.

De esta manera, explicaba ayer el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, se da un paso más y muy importante en la dotación de servicios en una infraestructura llamada a ser un foco de desarrollo económico-laboral de Pontevedra y su comarca.

De acuerdo con el proyecto aprobado por la institución provincial, la línea discurrirá por el término municipal de Barro bajo tierra. El trazado tendrá dos circuitos subterráneos bajo un tubo de tresbolillo en la misma zanja. Ambos circuitos eléctricos serán enterrados bajo un tubo hormigonado.

Las únicas excepciones se producirá en tres intersecciones: en el cruce con las vías del corredor ferroviario Pontevedra-Santiago (punto kilométrico 30,2), en el cruce con los raíles del AVE (kilómetro 5,7) y en el cruce con la autopista del Atlántico AP-9 (punto kilométrico 119,4).

En estos tres puntos la canalización de la línea de alta tensión se hará mediante perforación horizontal dirigida a 5,4 metros de profundidad.

Suelo industrial

El polígono de Barro-Meis que impulsa la Diputación ocupa una superficie que ronda el medio millón de metros cuadrados, de los que 261.000 metros son suelo industrial. El resto está destinado a viales, espacios verdes y zonas comunes.