Algunos sienten y piensan con el estómago, otros con el bolsillo, los hay que lo hacen con el corazón. Otelo Saraiva de Carvalho se siente de estos últimos, del bando generoso que soñó un Portugal distinto, en parte conseguido y en otra gran porción todavía por conquistar. Ayer habló orgulloso en la Semana Galega de Filosofía de "La Revolución vivida", la suya.

-En 1974 José Medeiros envió al III Congreso Republicano de su país un mensaje sobre la misión de las Fuerzas Armadas: democratizar, descolonizar, desarrollar ¿se logró?

-Esa misión de las tres D se logró: se sustituyó un régimen fascista por una democracia representativa, surgieron partidos nuevos a raíz del 25 de Abril, el único que existía en ese momento era el Partido Comunista Portugués, se había formado en la clandestinidad y que el año antes había pasado a constituirse como socialista, por lo tanto se logró ese primer objetivo de democratizar. También se hizo la descolonización, duró más tiempo en Timor por problemas con Indonesia que lo quería anexionar, pero rápidamente en 1975 se hizo la descolonización de las colonias portuguesas en África, Macao fue entregado a China, que consideraba ese territorio como suyo, por tanto la descolonización total de lo que fue el imperio colonial portugués también fue completado. ¿El desarrollo? Portugal se desarrolló rápidamente, sobre todo a partir de su anexión a la Comunidad Europea, se produjo un desarrollo rápido en base a los fondos europeos que fueron empleados sobre todo en obras de infraestructuras y en obras faraónicas que podrían perfectamente no haber sido construidas.

-El mismo vicio que en Galicia.

-(Risas) Justo, esos recursos (los fondos de la UE) de haber sido invertidos en la formación de la gente hubiesen dado un resultado muy diferente, porque no hay que olvidar que en esos momentos Portugal tenía un índice de analfabetismo que superaba el 30%, de hecho hoy aún hay del orden del 7%. Con todo, la Revolución de los Claveles supuso un gran salto y el Portugal de hoy no tiene nada que ver con aquel del 25 de Abril.

-¿Qué queda del 25 de Abril?

-Cosas fundamentales: la libertad, antes del 25 de Abril existía un estado policial en el que las personas tenían miedo, vivían siempre temerosas de una denuncia, de la detención de la policía política que las llevase a la prisión y a la tortura, o al exilio, por lo tanto se logró la libertad, la libertad de reunión, de expresión, de manifestación, esas libertades fueron todas reconquistadas, pero también logramos el 25 de abril la dignidad, el expresarnos por la calle, conseguimos la ciudadanía, los derechos para los ciudadanos, sentirnos libres en un país libres, contrariamente a ese espíritu del 25 de abril hoy infelizmente mi país ha vuelto el miedo, debido a la situación política y económica que fue creada por el capital financiero internacional y que ha generado una situación dramática en los países de la periferia europea, pero tengo la esperanza de que superaremos el miedo y construiremos un futuro que aún está por construir.

-El próximo viernes se cumplen 25 años de la Revolución de los Claveles ¿valió la pena?

-Valió, valió la pena, fue recuperar el orgullo, la dignidad, reconquistar la libertad, hoy Portugal no tiene nada que ver con el anterior al 25 de abril.

-¿Los artífices de la revolución fueron suficientemente reconocidos?

-No, pero tampoco luchamos para lograr el reconocimiento público, nadie nos mandó hacer el 25 de Abril, fuimos nosotros quienes tomamos la decisión y nunca tomamos, ni quisimos y recusamos promocionarnos, elogios y reconocimiento público, fue un espíritu de misión, de una generosidad inmensa y estamos orgullosos de eso.

-¿La historia fue fosilizada por los que vinieron detrás? ¿Los políticos que les sucedieron intentaron que los ciudadanos fuesen amnésicos y olvidasen el espíritu del 25 de Abril?

-Sí, de hecho alguna vez lo he dicho, esta generación de políticos dirigentes que se formaron en las escuelas partidarias tienen un espíritu completamente diferente, el espíritu de los políticos dirigentes de Portugal es el del beneficio propio o del beneficio del partido al que pertenecen y, por tanto, abandonaron completamente el espíritu de generosidad y el interés por el bienestar del pueblo para resolver los problemas de su partido o los suyos personales, este tipo de gobiernos neoliberales que procura reducir al máximo el estado y que privatiza todos los sectores estratégicos del país, como la energía eléctrica, están volviendo al ideario salazarista.

-¿Cómo es hoy la situación de Portugal?

-Mala, es un país con una economía muy frágil, la entrada en Unión Europea trajo algunas ventajas que ya expliqué, un gran apoyo financiero para infraestructuras, carreteras, puentes etc., pero sectores fundamentales como la salud y la educación están sufriendo un retroceso enorme, el estado social, que era un orgullo para Europa y que surgió en Portugal el 25 de Abril está en crisis, la educación está sufriendo porque no se ha encontrado un buen sistema de enseñanza en Portugal y ahora padecemos la crisis de un país periférico cuya industria es frágil, con una economía frágil. La entrada en la UE, tras los beneficios iniciales, ya hay economistas que están proponiendo la salida y siga ligada a la EFTA, defienden eso para lograr soberanía sobre la moneda... Estamos en una situación difícil que es común a los países periféricos de Europa, España, Italia y Grecia, que aún está peor, pero los tiempos son difíciles, es un disgusto enorme saber que 40 años después del 25 de Abril más de 2 millones de familias portuguesas viven en la pobreza.

-¿Cómo se ve Galicia desde su país?

-(Sonríe) Nosotros sentimos por Galicia un cariño como si fuese la continuidad de Portugal hacia el norte, nuestras ligaciones e intereses comunes existen, y yo personalmente siempre agradeceré el cariño enorme con el que Galicia acogió a Zeca Afonso, más allá de los intereses comunes entre Galicia y Portugal la acogida a Zeca Afonso es una ligazón muy fuerte con este país.