"En lo que concierne a la crisis económica", explica Doménico Losurdo, "la situación de Italia y España es la misma, pero hay una diferencia entre ambos países, y es que en Italia hay movimientos secesionistas, sobre todo en el norte, que son completamente reaccionarios, la Liga Norte asume posicionamientos racistas, incluso con respecto a los italianos del sur y también a los inmigrantes, le gustaría incluso desmantelar aún más el estado de bienestar; en Italia en lo que atañe a la riqueza hay muchas diferencias entre las regiones y la destrucción del estado de bienestar pasa por la destrucción del estado nacional, los estados del norte, más industrializados, quieren diferenciarse respecto al sur, con una idea de que los de sur no son civilizados, nosotros si, así que construyamos un estado nacional propio, la destrucción del estado social pasa por esa posición secesionista".

-¿Hay paralelismos entre las pretensiones secesionistas en Italia y los nacionalismos en España?

-No, no conozco muy bien la situación española pero considero que es otra cosa, Cataluña por ejemplo o el País Vasco tienen una tradición cultural, una lengua diferente, pero lo que concierne a la Liga Norte, lo que pasa en la Italia del norte es una invención muy reciente, precisamente para destruir el estado de bienestar, pienso que no es la misma cosa aunque, repito, no conozco muy bien la situación española.

-Corrupción, prebendas, sobornos... ¿Están las democracias secuestradas?

-Por lo que concierte a la corrupción no pienso que esto pueda tranquilizar a los españoles pero hay que decir que la corrupción es una situación general de los países capitalistas. Hay muchos autores estadounidenses que dicen que en su país ya no hay una verdadera democracia sino que solo existe el poder de los grandes bancos, de las grandes riquezas, lo que hay es una plutocracia, que es el dominio de la gran riqueza. En este contexto convendría citar a un historiador americano, Schlesinger Jr, que explica que se vuelve a una nueva, aunque antigua, forma de discriminación: durante siglos quien no era propietario estaba excluido de los derechos políticos, ese no propietario no solo no tenía derecho a voto sino que tampoco era elegible para los organismos representativos, como el Parlamento, era la discriminación fundamentada en la riqueza, quien no era rico no podía tener acceso a derechos políticos, pues ese historiador sostiene que con el excesivo e intolerable peso de la gran riqueza financiera en Estados Unidos hemos vuelto a la discriminación basada en la riqueza pero de una forma indirecta, se vuelve a la discriminación por parte del poder financiero sin ningún tipo de derecho político.

-Si manda el poder financiero, si mandan los mercados ¿qué sentido tiene la política?

-El poder cada vez estará más en manos de una élite a su vez cada vez más restringida, y a esa élite que ejercía el poder político tradicionalmente en el pasado se oponía una izquierda, por un lado estaban los pocos que tenían la riqueza y por otro los partidos políticos de izquierda que organizaban las clases trabajadoras. Hoy ya no pasa eso, porque la izquierda casi ha desparecido.

-¿El bipartidismo es una farsa?

-Yo hablo en un libro de ello y digo que el bipartidismo no es tal, se ha convertido en un monopartidismo competitivo, son dos partidos diferentes pero que son expresión de la misma clase social, de los mismos intereses, la misma riqueza etc, Estados Unidos es el ejemplo más perfecto de este monopartidismo competitivo.

-No solo el dinero, también el derecho, la justicia, pertenece al más fuerte, que generalmente suele ser el más corrupto, y además se identifica con el bien ¿hoy el mal es el que piensa diferente?

-En ese caso hay diferencias entre Estados Unidos e Italia, en Estados Unidos se habló de una gran riqueza financiera, pero al fin y al cabo es una clase social la que detenta el poder político, mientras que en Italia hay una situación diferente, en la que un hombre exclusivo, no una clase social, un solo hombre, que es Berlusconi, ejemplifica esa riqueza y trató de comprar toda la riqueza del país, inclusive las instituciones políticas.

-¿Qué futuro cree que nos espera? ¿De proletario solo cabe pasar a precarizado?

-Ya se da de hecho esa situación, basta ver la precarización del trabajo, que es un fenómeno generalizado, ahora tenemos la ruptura de una figura tradicional desde comienzos del siglo XIX, y volvemos de nuevo al caso de Estados Unidos como paradigmático, y es la reaparición del trabajador pobre, después de la lucha de clases popular trabajar suponía tener un modo de vida, aunque modesto, no tenías hambre, pero ahora lo que sucede es que incluso la gente que tiene la suerte de tener trabajo puede vivir en la miseria, supone un retroceso radical, es volver a una situación que creímos que estaba ya pasada, que ya la teníamos superada, pero no es pasado: ha reaparecido el trabajador pobre, hoy el trabajo no es garantía de nada, puedes trabajar y vivir en la miseria.

-¿Y hay alternativa a este escenario?

-La alternativa la tenemos que construir, tenemos que reconstruir la izquierda, pero no es una tarea fácil, pero si no somos capaces de hacer esa tarea estaremos debajo del monopartidismo competitivo, o reconstruimos la izquierda o no podremos pararlo.