Varios traumatismos, la mayor parte de ellos en la cabeza y especialmente en el rostro. Esta fue la causa de la muerte de Secundino Prego Amil, según se desprende del informe de los forenses del Imelga que está ya en manos de los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Los resultados de la autopsia, unidos a los hallazgos realizados por los agentes en el lugar del crimen, les hacen sospechar que Secundino fue golpeado con un objeto contundente que podría ser una piedra y otro menos pesado y más cortante como podría ser el propio bastón que utilizaba la víctima al caminar. Unos golpes que podrían explicar las marcas y cortes que presentaba el cadáver en el rostro.

Así las cosas, todo hace indicar, como ya se presumía el lunes, que este vecino de Chancelas sorprendió a los ladrones cuando intentaban huir de su domicilio, ahuyentados por los gritos de dos mujeres (una cuidadora del octogenario y una conocida suya) que se encontraban en el interior de la vivienda, encerradas en una habitación para protegerse de los asaltantes.

Esta es la principal hipótesis que manejan los responsables de una investigación sobre la que el mutismo es absoluto a la espera de que se produzcan detenciones por este crimen que ha causado una profunda conmoción en Poio.

La Guardia Civil intenta localizar a los dos varones que observaron a través de una ventana las dos mujeres que se encontraban en el interior de la vivienda de Secundino y que, según su testimonio, se marcharon en un coche de color blanco en dirección a Sanxenxo.

Desde la Guardia Civil se sigue sin confirmar la posible relación entre este suceso y el robo violento del que ya había sido víctima este octogenario de Chancelas a finales del pasado mes de noviembre. Más allá de algunas similitudes en el "modus operandi", la conexión entre ambos sucesos hasta el momento es la víctima. En aquel entonces, habían sido detenidas tres personas. Una de ellas, una mujer vecina de Caldas que quedó en libertad, se puso en contacto ayer con este periódico para desmentir su relación con cualquiera de los dos incidentes. En cuanto a los otros dos implicados, dos varones, uno de ellos todavía permanecería ingresado en la prisión de A Lama, mientras que un segundo habría abandonado ya la prisión, según distintas fuentes.

Regresaba de "La Luna"

Secundino Prego acudía habitualmente los domingos a la sesión de tarde-noche de la discoteca La Luna, en Cerponzóns. De hecho, allí sería donde lo conocieron los supuestos autores del asalto del mes de noviembre. Según distintas fuentes, este vecino de Chancelas acudió a esta discoteca el pasado domingo y estaría de regreso en su domicilio pasadas las doce de la medianoche cuando se encontró con los agresores.

Se cree que estos podían conocer los hábitos de Secundino y pensaron que probablemente la vivienda estaría vacía al encontrarse su morador en la discoteca. Y es que después del violento atraco del mes de noviembre, su anterior cuidadora había dejado este trabajo por miedo ya que este vecino de Poio era muy dado a traer a desconocidos a casa. Desde entonces, Secundino vivía solo y los atracadores debieron pensar que la vivienda estaría vacía el domingo. No sabían que este octogenario había llegado a un acuerdo con otra mujer para que lo cuidase. Fue así como el domingo supuestamente estas dos personas accedieron al interior de la vivienda de Chancelas rompiendo el cristal de una de las ventanas de la cocina.

Al escuchar el ruido, las dos mujeres que se encontraban en el interior del inmueble llamaron de inmediato a la Guardia Civil alertando de un robo, acudiendo al lugar tanto una patrulla de la Fiscal del Puerto de Marín como efectivos movilizados desde la Comandancia de Pontevedra. Cuando los agentes llegaron al lugar se encontraron con el cadáver de Secundino. Los testigos destacaron el "ensañamiento" que los atracadores tuvieron con la víctima.

Dentro localizaron a las dos mujeres que no sabían todavía lo que había ocurrido en el exterior. Ellas explicaron a la Guardia Civil que se habían encerrado en un cuarto en el que habían intentado entrar los asaltantes. Ante los gritos de ambas los ladrones optaron por huir y fuera escucharon una fuerte discusión. Luego vieron a través de una ventana como dos encapuchados se subían a un coche blanco y se marchaban.

Por un electrodoméstico

Cuando los guardias civiles entraron en la vivienda les explicaron que fuera se encontraba el cuerpo sin vida de Secundino Prego. En el interior de la vivienda tan solo echaron en falta un pequeño electrodoméstico que los ladrones se habrían llevado de la cocina.