El paseo por la Avenida de Ourense se ha convertido para muchos usuarios en una prueba de obstáculos. El conocido como "paseo del colesterol" acusa los efectos de la edad, degradado tras muchos años sin recibir una revisión a fondo. Su trazado presenta deficiencias como arquetas del saneamiento rotas o levantadas, vertidos del alcantarillado, o mobiliario urbano muy deteriorado, con luminarias averiadas o inclinadas, y bancos prácticamente destrozados por el paso del tiempo y la acción de los vándalos.

Para muchos usuarios habituales de este paseo, principalmente las personas de mayor edad, los defectos de la ronda central de la villa suponen un verdadero peligro, dado que aceras rotas o tapas de saneamiento levantadas pueden originar un traspié de graves consecuencias.

Los charcos que habitualmente se forman en varios tramos del paseo se deben a unas deficiencias estructurales del colector del saneamiento, de ahí que el gobierno local de Marín haya solicitado un acuerdo entre Consellería de Medio Ambiente y Ministerio de Fomento, para reparar esta canalización, al mismo tiempo que se mejora la calle en superficie.

El Concello quiere que Xunta y Fomento se pongan de acuerdo para reformar esta avenida. En el último encuentro oficial entre la alcaldesa de Marín, María Ramallo, y el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, la primera edil recordó la necesidad de emprender unas actuaciones hidráulicas imprescindibles para renovar el colector, en una intervención coordinada con Carreteras del Estado para conseguir una mejora global de toda la avenida.